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En La elección de los alcaldes de Daganzo Miguel de Cervantes Saavedra muestra cuatro personajes que pretenden ser alcaldes de Daganzo y con este fin hablan de sus méritos propios. El primero sabe cuatro oraciones que recita varias veces a la semana, el segundo dice ser muy diestro con el arco, el tercero afirma saber mucho de vinos, mientras que el último tiene una memoria prodigiosa. Sus parlamentos son una hilarante sátira de la voluntad de poder y de la magistratura.La elección de los alcaldes de Daganzo es un entremés en el que apenas hay acción, aunque sí una crítica llena de ironía y humor a la sociedad, materializada en los poderes locales, que manifiesta abiertamente su falta de responsabilidad y su ignorancia.El asunto de la obra remite a un hecho histórico acaecido en el pueblo de Daganzo de Abajo (Toledo). El argumento reconstruye los conflictos que a finales del siglo XVI se produjeron en la villa de Daganzo entre los alcaldes ordinarios del lugar y su señor, el conde de Coruña.Según el hispanista francés Noël Salomón, quien halló en Política para corregidores y señores de vasallos (Madrid, 1597) parte de la historia:En este tratado, que fue muy difundido en la época, se refiere cómo el conde de Coruña, señor feudal de Daganzo, se negó a confirmar por incompetencia a unos alcaldes elegidos por sus vasallos.Tal es el punto de partida al entremés cervantino de La elección de los alcaldes de Daganzo. Nacido de una la circunstancia histórica real.
Loa a El Año Santo de Roma es un auto sacramental escrito por el célebre dramaturgo español del Siglo de Oro, Pedro Calderón de la Barca. Este tipo de obras son piezas dramáticas de carácter alegórico y religioso, representadas comúnmente durante las festividades del Corpus Christi en España.El argumento de Loa a El Año Santo de Roma se centra en la celebración del Jubileo del Año Santo que tuvo lugar en Roma en 1650. Este evento, promulgado por la Iglesia Católica, implicaba un tiempo especial de indulgencia, perdón y reconciliación.El auto sacramental de Calderón es una celebración de este evento religioso, y fue originalmente presentado en las festividades del Corpus en Madrid en 1650. En su obra, Calderón utiliza la alegoría y el simbolismo para explorar temas de fe, arrepentimiento y la gracia divina.
Antonio Mira de Amescua (Guadix, Granada, c. 1574-1644). España.De familia noble, estudió teología en Guadix y Granada, mezclando su sacerdocio con su dedicación a la literatura. Estuvo en Nápoles al servicio del conde de Lemos y luego vivió en Madrid, donde participó en justas poéticas y fiestas cortesanas.
Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 1562-Madrid, 1635). España.Nació en una familia modesta, estudió con los jesuitas y no terminó la universidad en Alcalá de Henares, parece que por asuntos amorosos. Tras su ruptura con Elena Osorio (Filis en sus poemas), su gran amor de juventud, Lope escribió libelos contra la familia de ésta. Por ello fue procesado y desterrado en 1588, año en que se casó con Isabel de Urbina (Belisa).Pasó los dos primeros años en Valencia, y luego en Alba de Tormes, al servicio del duque de Alba. En 1594, tras fallecer su esposa y su hija, fue perdonado y volvió a Madrid. Allí tuvo una relación amorosa con una actriz, Micaela Luján (Camila Lucinda) con la que tuvo mucha descendencia, hecho que no impidió su segundo matrimonio, con Juana Guardo, del que nacieron dos hijos.Entonces era uno de los autores más populares y aclamados de la Corte. En 1605 entró al servicio del duque de Sessa como secretario, aunque también actuó como intermediario amoroso de éste. La desgracia marcó sus últimos años: Marta de Nevares una de sus últimas amantes quedó ciega en 1625, perdió la razón y murió en 1632. También murió su hijo Lope Félix. La soledad, el sufrimiento, la enfermedad, o los problemas económicos no le impidieron escribir.
A pesar de ser quien estrenó en la literatura española el tema del divorcio con El juez de los divorcios, Cervantes nunca habló de su esposa en sus diversos textos autobiográficos. En este entremés varios matrimonios se presentan ante un juez y explican las causas de sus peticiones de ruptura.El 12 de diciembre de 1584, Cervantes contrajo matrimonio con Catalina de Salazar y Palacios en el pueblo toledano de Esquivias. Catalina era una joven que aún no había cumplido veinte años y que aportó una pequeña dote. Tras dos años de matrimonio, Cervantes se separó y comenzó sus extensos viajes por Andalucía sin haber tenido hijos.
Pedro Calderón de la Barca, uno de los más grandes dramaturgos del Siglo de Oro español, presenta en "La casa de los linajes" una comedia que se destaca por su hábil uso del lenguaje y por la profundidad en la representación de los personajes, una característica distintiva en sus obras. Este drama retoma temas recurrentes en el teatro barroco, como el honor, las clases sociales y las relaciones humanas, pero lo hace con un tono ligero y humorístico que lo distingue dentro de la obra calderoniana.La obra se desarrolla en un único acto, donde los personajes principales, Don Lesmes y Don Tristán, se ven envueltos en una serie de enredos que giran en torno a la defensa del honor y la lucha por la dignidad dentro de la sociedad española del siglo XVII. La trama se centra en Don Tristán, quien, indignado por el rechazo de Juanilla, ahora llamada Doña Juana tras ascender socialmente, decide enfrentarse a su nuevo amante, Don Gil. Esta situación da pie a una sucesión de eventos cómicos y malentendidos, que son magistralmente manejados por Calderón para criticar y, a la vez, reflejar las contradicciones de la sociedad de su tiempo.Calderón utiliza el concepto de la Casa de los Linajes, un espacio ficticio que agrupa a personas de diversos orígenes y ocupaciones, como una metáfora de la sociedad misma, donde coexisten diferentes estamentos y roles sociales. A través de los diálogos ingeniosos y la acción dinámica, Calderón explora la tensión entre las apariencias y la realidad, y cómo el ascenso social puede ser un arma de doble filo, especialmente para aquellos que se olvidan de sus raíces.El estilo de la obra se caracteriza por la mezcla de lenguaje culto y coloquial, reflejando la variedad de personajes que habitan la Casa de los Linajes. Este recurso estilístico no solo añade profundidad a los personajes, sino que también subraya la crítica social implícita en la obra."La casa de los linajes" es una pieza que, bajo la apariencia de una simple comedia, revela las complejidades y contradicciones de la sociedad barroca.
"Las Carnestolendas" de Pedro Calderón de la Barca es un entremés que se sitúa en el contexto del carnaval, un periodo de liberación y júbilo que precede a la austeridad de la Cuaresma en la España del Siglo de Oro. Esta obra, considerada una de las más complejas y completas entre los entremeses de Calderón, se caracteriza por su naturaleza breve y su categorización como una pieza "menor" dentro del repertorio teatral de la época.La obra transcurre en el ambiente festivo y desenfadado, típico del carnaval, donde se permite cierta transgresión de las normas sociales y se celebra la libertad. Calderón utiliza esta ambientación para explorar temas relacionados con la represión de la sexualidad y las dinámicas familiares y sociales en una sociedad que se rige por estrictas normas religiosas y morales.Los personajes, entre los que destacan Vejete, Rufina, María y Luisa, son representativos de diferentes facetas de la sociedad. El Vejete, por ejemplo, simboliza la autoridad y la tradición, mientras que sus hijas representan la juventud y el deseo de libertad y diversión. La interacción entre ellos refleja las tensiones entre las generaciones y entre las normas sociales establecidas y los deseos individuales.El diálogo es ingenioso y rápido, con un uso frecuente de juegos de palabras y dobles sentidos, característicos del entremés. Calderón demuestra su habilidad para crear situaciones cómicas y diálogos vivaces que reflejan las preocupaciones y el humor de su tiempo.
La jácara es uno de los géneros satíricos que se representaban en el entreacto de las comedias del Siglo de Oro en España. Se trataba de pequeñas composiciones, que podían ser bailes, loas, entremeses... Los personajes solían ser delincuentes, pícaros o gente del mundo del hampa y las obras mostraban cierto dominio de la jerga de los bajos fondos.
Tirso de Molina (Madrid, 1583-Almazán, Soria, 1648). España.Se dice que era hijo bastardo del duque de Osuna, pero otros lo niegan. Se sabe poco de su vida hasta su ingreso como novicio en la Orden mercedaria, en 1600, y su profesión al año siguiente en Guadalajara. Parece que había escrito comedias y por entonces viajó por Galicia y Portugal. En 1614 sufrió su primer destierro de la corte por sus sátiras contra la nobleza. Dos años más tarde fue enviado a la Hispaniola (actual República Dominicana) y regresó en 1618. Su vocación artística y su actitud contraria a los cenáculos culteranos no facilitó sus relaciones con las autoridades. En 1625, el Concejo de Castilla lo amonestó por escribir comedias y le prohibió volver a hacerlo bajo amenaza de excomunión. Desde entonces sólo escribió tres nuevas piezas y consagró el resto de su vida a las tareas de la orden.
Los Relatos de Julio Garmendia, aquí recogidos, representan una ruptura respecto a la corriente literaria predominante de la época. Muestran el desapego del autor a las formas y temáticas propias del criollismo y el modernismo.La obra de Julio Garmendia puede considerarse como una de las primeras manifestaciones que anuncian un cambio en la literatura de Venezuela. Garmendia se anticipa a las voces de los artistas vanguardistas.Hasta entonces la literatura venezolana estaba anclada en el drama social y el indigenismo. Fue necesario que pasara un cierto tiempo para que nuevos preceptos literarios, que tenían como pilares la fantasía y la imaginación, empezaran a ocupar un espacio en la narrativa del país.Esta selección de Relatos de Julio Garmendia muestra su temperamento de escritor atípico. Un autor reacio a pertenecer a ninguna casta literaria, que nos legó uno de los estilos más propios y novedosos de la época.
Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 1562-Madrid, 1635). España.Nació en una familia modesta, estudió con los jesuitas y no terminó la universidad en Alcalá de Henares, parece que por asuntos amorosos. Tras su ruptura con Elena Osorio (Filis en sus poemas), su gran amor de juventud, Lope escribió libelos contra la familia de ésta. Por ello fue procesado y desterrado en 1588, año en que se casó con Isabel de Urbina (Belisa).Pasó los dos primeros años en Valencia, y luego en Alba de Tormes, al servicio del duque de Alba. En 1594, tras fallecer su esposa y su hija, fue perdonado y volvió a Madrid. Allí tuvo una relación amorosa con una actriz, Micaela Luján (Camila Lucinda) con la que tuvo mucha descendencia, hecho que no impidió su segundo matrimonio, con Juana Guardo, del que nacieron dos hijos.Entonces era uno de los autores más populares y aclamados de la Corte. En 1605 entró al servicio del duque de Sessa como secretario, aunque también actuó como intermediario amoroso de éste. La desgracia marcó sus últimos años: Marta de Nevares una de sus últimas amantes quedó ciega en 1625, perdió la razón y murió en 1632. También murió su hijo Lope Félix. La soledad, el sufrimiento, la enfermedad, o los problemas económicos no le impidieron escribir.
Diego Hurtado de Mendoza, una figura destacada del Siglo de Oro español, gozaba entre sus contemporáneos de la reputación de ser un excelente autor de entremeses, que son cortas obras cómicas de teatro, a menudo presentadas entre los actos de una obra más larga.Dentro de su producción limitada que ha sobrevivido hasta nuestros días, una obra que destaca es el Famoso entremés de Getafe. Esta obra es especialmente reconocida por su gracia y su espíritu vivaz, demostrando el agudo ingenio y el talento para la comedia que caracterizaban a Hurtado de Mendoza.El Famoso entremés de Getafe representa un excelente ejemplo de este género teatral del Siglo de Oro español. Como es típico en los entremeses, la obra utiliza el humor y la sátira para explorar las peculiaridades y las contradicciones de la vida y la sociedad de la época. A través de la obra, Hurtado de Mendoza logra retratar con agudeza y humor los rasgos de la sociedad y la cultura españolas de su tiempo.A pesar de su brevedad, esta obra de Hurtado de Mendoza ha dejado una impresión duradera en la literatura española, y su influencia se puede ver en las generaciones de escritores y dramaturgos que le siguieron. La combinación de la visión satírica de Hurtado de Mendoza, su destreza para la escritura y su habilidad para retratar vívidamente la sociedad de su época, hacen del Famoso entremés de Getafe una pieza memorable y significativa de la literatura española del Siglo de Oro.
"El hospedador de provincia", escrito por Ángel Saavedra, Duque de Rivas, es un agudo retrato social y un comentario sobre la tradición de hospitalidad en la España del siglo XIX. Saavedra, a través de una narrativa detallada y reflexiva, examina la figura del hospedador de provincia, un personaje que, según él, representa tanto una virtud estimable como una faceta problemática de la sociedad española.El autor inicia con una descripción del hospedador de provincia como un tipo social inmutable, una "planta indígena" de la sociedad española, que se complace en alojar y atender a los viajeros. Saavedra señala que, si bien esta práctica de hospitalidad es vista como una obra de misericordia y un deber religioso y humano, no siempre resulta en una experiencia agradable para el viajero. De hecho, el autor sugiere que, en ocasiones, el hospedador puede convertirse en un verdugo atormentador para el fatigado viajero, más que en un proveedor de confort y refugio.El texto también reflexiona sobre la naturaleza de la hospitalidad como una virtud más común en las sociedades menos civilizadas o en las etapas tempranas de desarrollo social, donde la hospitalidad no era solo una virtud, sino también un deber religioso y un creador de vínculos entre personas y comunidades. Saavedra sugiere que, en los contextos más civilizados, esta práctica puede perder su valor y transformarse en algo menos genuino y más problemático.La obra de Saavedra es una crítica a una costumbre social y reflexiona sobre cómo las tradiciones pueden ser reinterpretadas y cómo pueden cambiar sus significados y efectos en diferentes contextos sociales y temporales. A través de su descripción del hospedador de provincia, Saavedra brinda una visión perspicaz de las complejidades de la hospitalidad y su lugar en la cultura española.
Antonio Mira de Amescua (Guadix, Granada, c. 1574-1644). España.De familia noble, estudió teología en Guadix y Granada, mezclando su sacerdocio con su dedicación a la literatura. Estuvo en Nápoles al servicio del conde de Lemos y luego vivió en Madrid, donde participó en justas poéticas y fiestas cortesanas.
En esta selección hemos juntados dos piezas de teatro breve.Unipersonal del arcabuceado es un monólogo de José Joaquín Fernández de Lizardi. En esta obra un soldado de veintiún años dice sus últimas palabras antes de ser ejecutado acusado de asesinato. Unipersonal proclama que el criminal es también víctima de las circunstancias, del fracaso de su educación y del fanatismo religioso y político.Y Unipersonal de Agustín Iturbide una obra sobre el primer emperador de México del mismo autor.Toda una corriente del teatro mexicano de la época, en el siglo XIX, durante, los movimientos de Independencia nacional, hace un teatro militante y sarcástico. De algún modo, en estas obras se manifiesta el desprecio por la muerte de una nación que quiere ser soberana, sin reparar a qué precio.
El vizcaíno fingido es un entremés de Miguel de Cervantes. Su argumento construye un mundo de engaño y manipulación, temas recurrentes en la obra cervantina. La trama sigue a Solórzano y Quiñones, quienes conspiran para burlarse de una mujer sevillana. La obra se inicia con un diálogo entre estos dos personajes, donde Solórzano, el presunto "vizcaíno," invita a Quiñones a participar en su plan. El debate ético entre los dos hombres acerca de la legitimidad de engañar a una mujer establece el tono moral de la obra.La intriga aumenta cuando entran en escena Doña Cristina y Doña Brígida. La última está visiblemente perturbada, lo que añade un elemento de misterio y tensión. Sin embargo, su inquietud no está relacionada con el plan de Solórzano, lo que deja al lector o espectador en expectativa sobre cómo se entrelazarán las vidas de estos personajes.El vizcaíno fingido destaca por la agudeza psicológica con que Cervantes traza sus personajes. Solórzano y Quiñones representan dos caras de la moneda en cuanto a la moralidad de sus acciones. Mientras que Solórzano ve el engaño como un juego inofensivo, Quiñones cuestiona la ética de tal empeño. El diálogo inicial sirve es una introducción a la trama y una reflexión sobre la condición moral del engaño.Cervantes también utiliza este entremés para hacer una crítica de las relaciones de género. La facilidad con que Solórzano planea su engaño, y la vulnerabilidad de Doña Brígida, son reflejos de una sociedad donde las mujeres a menudo eran vistas como objetos de diversión o manipulación para los hombres.El vizcaíno fingido es una obra breve pero impactante que ofrece una visión compleja de las relaciones humanas y los dilemas éticos que surgen del engaño y la manipulación. Aunque la obra está ambientada en el Siglo de Oro español, los temas que aborda son universales, lo que demuestra una vez más la genialidad atemporal de Cervantes.
La Pedidora es una obra fascinante de Pedro Calderón de la Barca que captura de manera magistral la complejidad de las interacciones humanas y los temas de la solicitud y la generosidad en una sociedad regida por normas estrictas de honor y apariencia. La obra se desarrolla en un acto único, lo cual es típico del formato de entremés utilizado por Calderón para explorar temas sociales con un toque de humor y crítica.El núcleo de la obra gira en torno a Teresa y su sirvienta Lucía, quienes representan de manera vivaz la astucia y la desfachatez en el arte de pedir. La obra se abre con un diálogo entre ambas, estableciendo de inmediato el tono de comedia y astucia que domina la trama. Teresa, conocida entre sus conocidos como La Pedidora debido a su constante y habilidosa búsqueda de favores y regalos, utiliza su ingenio para manipular a aquellos a su alrededor y conseguir lo que desea.Calderón utiliza la interacción entre los personajes para hacer comentarios sobre la dinámica de poder y las transacciones sociales en su tiempo. La habilidad de Teresa para pedir y recibir es un mecanismo de supervivencia y una forma sutil de crítica social hacia las diferencias de clase y la hipocresía de las normas sociales.El humor es una herramienta constante en La Pedidora, con Calderón empleando situaciones cómicas y malentendidos para aligerar la crítica social. La presencia de otros personajes como el Licenciado y el Capitán añade más capas de complejidad a la obra, cada uno con sus propios deseos y debilidades que Teresa explota hábilmente.La Pedidora es una obra que, a través de su agudo ingenio y su vibrante diálogo, ofrece una mirada penetrante a las costumbres de la sociedad barroca española, mostrando cómo la inteligencia y la astucia pueden navegar y a veces subvertir las estructuras de poder. Calderón de la Barca, con su característico dominio del lenguaje y la estructura dramática, presenta una comedia que no solo entretiene sino que también invita a la reflexión sobre la naturaleza humana y las relaciones sociales.
El entremés La plazuela de Santa Cruz es una pieza de teatro breve del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca. Los entremeses eran obras teatrales cómicas que se representaban entre los actos principales de una obra más extensa. Estas piezas breves solían tener un tono humorístico y entretenido, y su objetivo era entretener al público durante los cambios de escena.La plazuela de Santa Cruz fue escrito en el siglo XVII y es una muestra del ingenio y habilidad de Calderón de la Barca para crear situaciones cómicas y diálogos divertidos. En esta pieza teatral, se presentan personajes típicos de la época y se desarrolla una trama llena de enredos y equívocos que provocan risas y entretenimiento en el espectador.Calderón de la Barca es uno de los principales dramaturgos del Siglo de Oro español, y sus obras, incluyendo entremeses como este, han dejado un importante legado en la literatura teatral española. Su habilidad para combinar la comedia con elementos más profundos y reflexivos ha sido ampliamente reconocida y sigue siendo apreciada por el público y los estudiosos del teatro hasta el día de hoy.
La cueva de Salamanca es una referencia obligada en el esoterismo español y aparece con frecuencia en las antologías de la literatura del barroco. En 1600 apareció en un clásico de la demonología española, el tratado De disquisitionum magicarum de Martín del Río.La cueva era centro de peregrinación de los viajeros que visitaban Salamanca. Este entremés de Miguel de Cervantes Saavedra se inspiró en dicha historia. Sirvió de referencia a la obra homónima de Juan Ruiz de Alarcón (publicada en Linkgua ediciones) y a un poema de Walter Scott, entre otras obras.Se cree que en la antigüedad La cueva de Salamanca fue lugar de culto de adoradores del Sol. El mito de la cueva está asociado a la figura del marqués don Enrique de Villena. La leyenda dice que este siendo inquilino del Diablo logró engañarle y huir de su influjo.Entre la obra de Miguel de Cervantes son destacables sus entremeses, piezas de teatro menor que se representaban en los entreactos de las grandes comedias. Los temas de los entremeses suelen centrarse en el interés popular:el matrimonio,el honor,el dinero,el desengañoo el contraste entre ficción y realidad.En el caso de La cueva de Salamanca, publicado originalmente en 1615, el motivo es el del esposo burlado.Leonarda, una dama rica, y Cristina, su criada, se disponen a disfrutar una velada con sus amantes (un barbero y un sacristán) ya que su señor Pancracio, marido de Leonarda, ha salido de viaje. Un estudiante pobre pide asilo durante esa noche y todos se disponen a disfrutar de un banquete cuando el marido regresa intempestivamente.El estudiante logra persuadir al marido de que los dos hombres metidos en su casa son demonios que él conjuró para su diversión. A pesar de mostrar un adulterio, muy común en la temática de todo el teatro del Renacimiento, los temas son tratados con el pudor necesario para no ofender la moral del público.
Originalmente concebido como una revista, La edad de oro es el libro infantil por excelencia de la literatura cubana del siglo XIX. Ilustrado por Adrien Emmanuel Marie, José Martí expone aquí su proyecto latinoamericanista para los niños del continente.Esta edición de La Edad de Oro incluye los cuatro números de la revista de recreo e instrucción que el poeta y revolucionario cubano José Martí escribió para los niños de América.La revista, de periodicidad mensual, se publicó en Nueva York de julio a octubre de 1889, durante el exilio de Martí en dicha ciudad. Aquí reproducimos en alta resolución los grabados originales.El título de la revista fue idea del editor Da Costa Gómez y alude al mito griego. Luego recreado por numerosos poetas como Novalis, que caracteriza a la infancia como el tiempo de la inocencia.La revista La edad de oro era un proyecto muy personal. Todos los números publicados los escribió Martí. Básicamente escribió la revista entera, desde la primera palabra hasta la última. Muy probablemente la traducción al español del poema de Ralph Waldo Emerson y el de Helen Hunt Jackson sean también obra del propio Martí.Asimismo los dos cuentos de Edouard René de Laboulaye y el de Hans Christian Andersen que llegó a publicar en la revista, fueron reescritos por él en una adaptación libre.En la nota introductoria a la primera entrega, correspondiente a julio de 1889, Martí escribió:Para eso se publica La Edad de Oro: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy, en América, y en las demás tierras: y cómo se hacen tantas cosas de cristal y de hierro, y las máquinas de vapor, y los puentes colgantes, y la luz eléctrica; para que cuando el niño vea una piedra de color sepa por qué tiene colores la piedra, y qué quiere decir cada color; para que el niño conozca los libros famosos donde se cuentan las batallas y las religiones de los pueblos antiguos.También declara:Así queremos que los niños de América sean: hombres que digan lo que piensan, y lo digan bien. Hombres elocuentes y sinceros.
Yo nací un día en el que Dios estaba enfermo, grave.El poema introductorio Los heraldos negros que da nombre al poemario, es la antesala que nos anuncia el dolor que refleja este libro. El recuerdo reciente de la pérdida de su hermano y la incomprensión humana hacia el sufrimiento del prójimo, ponen a Vallejo ante la angustia existencial.César Vallejo intenta representar su experiencia vital en su forma más completa. Expresa la naturaleza interna de las emociones, sin preocuparse de la realidad externa. Adapta el lenguaje para expresar sentimientos. Vallejo se interesa por la desolación, la búsqueda desesperada del momento amoroso y los golpes de la vida, que anuncian la desolación y la muerte.Una profunda tristeza empaña muchas de sus composiciones ya desde el inicio de Los heraldos negros. En éste y en otros poemas es patente el progresivo alejamiento del Modernismo. No hay espacio para su yo poético desgarrador y lleno de incertidumbre en la belleza y perfección formal de la imaginería modernista. Versos como el siguiente están en otra órbita estética:Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Calila e Dimna es probablemente uno de los textos literarios más antiguos de la narrativa universal. Su fuente más remota conocida hasta la fecha es el Panchatantra hindú, aparecido hacia el año 300.En el 540 se tradujo al pahlavi o persa literario, y poco después al sirio. El iraní Ibn Al-Muqaffa lo tradujo después al árabe con el título de Kalila wa-Dimna, en el siglo XIII. Fue este el texto que por encargo de Alfonso X fue traducido al romance de la Castilla de su tiempo.Las fábulas del Calila e Dimna destacan por su enorme plasticidad narrativa, la ironía y el juego con el tiempo, el lenguaje y la moral. Calila y Dimna, los personajes que dan título a la obra, son dos zorros que protagonizan gran parte de las historias contenidas en el libro.La obra está constituida por una serie de cuentos educativos -o exempla- escritos a la manera de fábulas que conforman una estructura muy repetida en la narrativa medieval, parecida a la del posterior Libro de Patronio o Conde Lucanor, escrito por el infante don Juan Manuel. Se trata, por tanto, de lo que se conoce como un manual para la educación de príncipes.La finalidad de la obra es la de instruir al lector sobre cómo comportarse en la vida privada y en la vida pública, otorgando especial relevancia a la relación con los otros.Edición establecida y prologada por Antonio García Solalinde.
Esta edición de las "Constituciones fundacionales de Nicaragua" reúne dos documentos cruciales en la historia política de Nicaragua: las Constituciones de 1826 y 1838. Estas constituciones reflejan un período significativo de formación estatal y de definición de la identidad nacional en un contexto de cambios y desafíos post-independencia.La Constitución de 1826, proclamada tras la Asamblea Constituyente elegida en 1825, establece las bases del Estado de Nicaragua, definiendo su territorio, derechos y deberes. Este documento articula una visión de Nicaragua como parte de la Federación de Centroamérica y detalla la estructura de su gobierno, la organización territorial y las responsabilidades de los funcionarios del Estado. También aborda aspectos clave como los derechos y deberes de los nicaragüenses, la religión, el sistema electoral y los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.La Constitución de 1838, por su parte, representa una evolución en el pensamiento político y social de Nicaragua. Con un enfoque en la reforma y modernización, esta Constitución profundiza en la estructura del poder legislativo, la organización de las cámaras representativas y el poder ejecutivo. Además, incluye disposiciones detalladas sobre la formación y promulgación de leyes, la justicia civil y criminal, y las atribuciones específicas de los tribunales, estableciendo un marco más robusto para la administración de justicia y el funcionamiento gubernamental.Ambas constituciones, con sus títulos y secciones detalladas, marcaron el marco legal y administrativo de Nicaragua durante la época y reflejando los ideales y aspiraciones de una nación en proceso de consolidación. Son documentos fundamentales para entender la evolución política de Nicaragua y su camino hacia la formación de un Estado soberano y organizado.
Las Cartas de Juan Sintierra fueron publicadas por José María Blanco White entre marzo y diciembre de 1811 en el periódico londinense El Español. Son una lúcida crítica a las Cortes de Cádiz, en un momento de incipiente desarrollo de los modelos constitucionales en España. Sin embargo, en estas cartas Blanco White es pesimista en sus expectativas. No cree que los miembros de las Cortes sepan legislar a la altura del momento histórico que vive el país. Por entonces España estaba bajo la ocupación francesa y el reinado de José Bonaparte.En esos tiempos Blanco White es un Juan Sintierra, vive exiliado en Londres, a salvo de las persecuciones provocadas por el fervor religioso de su patria. Jamás soñó que años después sería incluido en la Historia de los heterodoxos españoles, de Marcelino Menéndez y Pelayo. Dejemos que el autor hable. A continuación citamos la primera de las Cartas de Juan Sintierra.Señor Editor del Español:Muy señor mío: Hace algunos días que recibí una carta de Cádiz escrita por un sujeto de indudable crédito y veracidad, e impuesto bastante a fondo en los negocios públicos, de la cual he creído conveniente dar a usted noticia, porque según veo, usted tiene muy pocas directamente de aquel pueblo. Mis noticias no son agradables, y si yo hubiera de publicarlas con mi nombre seguramente no habrían salido de mi cartera; mas como usted en estas materias tiene ya poco que perder, quiero decir, como el odio que usted ha excitado en muchos de sus paisanos no ha de crecer ni menguar porque diga usted algo de nuevo que les disguste, me determino a mandar mis noticias, envueltas en un centón de reflexiones, por si quiere usted publicarlas, y, como decimos comúnmente, sufrir por mí las pedradas.Ya sabe usted, dice mi amigo de Cádiz, que yo he sido de los más alegres en materias de revolución de España; pero he venido últimamente a caer en mucho desaliento. Las Cortes, en que teníamos puestas nuestras últimas esperanzas, han errado el golpe, y no han excitado, o no han sabido conservar el espíritu público que podía salvarnos. Perdida la primera ocasión es difícil que puedan hacer nada. Y no es porque no haya en las Cortes hombres de mucho provecho; no porque en general sus individuos carezcan de buena intención, ni patriotismo, sino porque, siendo muy buenos, no son lo que las circunstancias de España exigían: han hablado y no han hecho nada...Juan Sintierra
El libro de los ingenios: colección de vistas de los principales ingenios, de Eduardo Laplante y Justo Germán Cantero, está entre los libros impresos en Cuba más célebres y codiciados. Editado con maestría; contiene veintiocho grabados, diecinueve representan exteriores y nueve interiores de casas de caldera, en los que se muestra escenas de la industria azucarera. Fue impreso en la Litografía de Luis Marquier y presentado por la Real Junta de Fomento de Cuba.El sumario de El libro de los ingenios es de por sí un panorama de los propietarios de ingenios de Cuba y de la localización de sus mejores fábricas en el territorio de la isla en 1855, año de la primera edición.La idea de editar un libro sobre la industria azucarera surgió de Justo German Cantero, destacado empresario del ramo, radicado en Trinidad. German Cantero conoció a inicios de la década del cincuenta a Eduardo Laplante, litógrafo y pintor de origen francés recién llegado al país, y lo animó a preparar una lujosa publicación que plasmara el entorno de los ingenios azucareros más importantes del país, algunos de los cuales le pertenecían.En 1853, el gobierno colonial permitió la publicación y, desde 1855 a 1857 se llevaron a cabo ocho entregas sucesivas que contenían 36 litografías: veintiocho eran vistas litográficas tomadas en el sitio y coloreadas a mano y las ocho restantes eran planos y dibujos de máquinas. El libro se imprimió en la litografía de Luis Marquier y fue presentado por la Real Junta de Fomento de Cuba.Durante dos largos años, Laplante se personó en los ingenios escogidos para dibujar las casas de calderas o las hermosas vistas de sus instalaciones y bateyes. Mientras tanto, Cantero iba coordinando el contenido gracias a las relaciones que mantenía con otros dueños de fábricas de azúcar.En El libro de los ingenios se detallan el desarrollo científico-técnico, la historia, la economía y los procesos que permitían la extracción de sacarosa, todo ello ilustrado por las imágenes idílicas de las fábricas de azúcar, sus campos y los entornos paisajísticos, realizadas por Laplante. De este modo, los autores brindaban una visión óptima de la plantación esclavista azucarera en Cuba.
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