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Bøker av Aniceto Mireles Cristobal

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  • av Aniceto Mireles Cristobal
    251

    Esta segunda parte de mi testimonio la he titulado: RECORTES DE UN MISIONERO; compartiré algunas anécdotas de diez años de misionero, he seleccionado las que considero relevantes y creo que dejarán una enseñanza y un buen sabor de boca para los que quieren servir en la viña de Jesucristo; mi intensión primordial es motivar y alentarlos a trabajar sin interés, sino de corazón y siempre en comunión con él para estar fortalecidos a soportar todo lo que implica ser misionero; en el camino se encuentran muchas cosas inesperadas, cosas que no se enseñan en los Institutos, ni atrás de los púlpitos.Como misionero se llega en lugares inhóspitos e insalubres, muchas veces habrá comida para comprar, otras veces no tendrán dinero para hacerlo, y otras veces no podrán porque no hay comida; también hubo ocasiones en que estaba satisfecho y días en que pasé hambre; hubo lugares donde dormí cómodo y otras veces en campo abierto, a orillas de ríos, sobre piedras y debajo de árboles.No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación; sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado o para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Filipenses 4:11-12Fueron múltiples las vivencias que tuve durante los años como misionero, las vicisitudes, las emociones y las experiencias que adquirí en diferentes Estados de la República de México como presidente del ministerio donde pertenecí por años, pero por circunstancias que Dios sabe me separé a fines de los noventa para trabajar independiente, consideré que era el tiempo para desarrollar el trabajo que me corresponde para servir a Dios sin estar sujeto al hombre; nunca coincidí con el que fue mi líder porque el llamado de él y el mío son diferentes, cada quién tiene su propia visión para desempeñar nuestro llamado en la viña del Señor Jesucristo.Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. I Corintios 7:7Como miembros del cuerpo de Jesucristo no todos tenemos la misma función, en la viña de Dios hay un vasto campo de ministerios, pero casi por lo regular siempre se desea el de pastor, porque se cree que es fácil, en las cosas de Dios debe ser también por llamamiento y no por elección o por imposición; ser pastor se requiere un vasto conocimiento y mucho amor para las almas y para la obra de Dios.La codicia de ciertos ministros aprovecha Satanás para confundir a los que piensan que son llamados para ejercer determinado trabajo en la viña de Dios; muchos creen que son llamados para cierto ministerio, pero con el paso de los años en lugar de mejorar su trabajo ministerial terminan claudicando porque no están en el lugar que los quiere Dios.¿Tan insensatos sois? Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿ahora vais a acabar por la carne? Gálatas 3:3Muchos empiezan ejerciendo su ministerio debidamente con una visión espiritual definida, pero al verse exitosos terminan haciendo las cosas conforme el ego, olvidan que por la gracia de Dios llegaron en la cima, este desvanecimiento lo aprovecha Satanás para desviarlos completamente de su visión, empiezan hacer las cosas fuera de la voluntad de Dios, es aquí donde empieza la desgracia de cualquier ministro, porque bajaron la mira de las cosas de arriba para ponerla en las cosas terrenales; olvidan que fueron llamados para servir a un Dios Todopoderoso y no para llenarse de orgullo por la forma que Dios los usa para predicar o enseñar; en las cosas de Dios se necesita tener mucho cuidado para no envanecer nuestro ministerio haciendo las cosas según el ego, no se debe olvidar que nadie puede burlarse de Dios, desempeñando su ministerio como cualquier trabajo terrenal o un como negocio empresarial.

  • av Aniceto Mireles Cristobal
    254

    El apóstol Juan vio muchos prodigios y milagros durante el tiempo que anduvo con el Señor Jesús, no pudo registrar todo a lo que se concretó decir al respecto: Y hay otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. Juan 21:25Testificar de las maravillas que hace Jesucristo en nuestra vida se necesitaría papel y tinta, cada segundo que vivimos es un testimonio de su obra maravillosa en nuestro diario vivir; publicar algo de lo mucho que ha hecho, es necesario para que los que no lo conocen y ni han creído en él se den cuenta que es real y sigue obrando prodigiosamente igual que en los tiempos antiguos.Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré tu grandeza. Salmo 145:6Mi estimado lector pongo en sus manos este libro titulado: ¡DESDE EL VIENTRE DE MI MADRE! En él narro un poco de la grandeza de Jesucristo en mi vida; considero que me escogió desde el vientre de mi madre para ser su ministro, cuando apenas era una célula frágil y microscópica sin esperanza de sobrevivir competí con millones para ser concebido, por eso estoy en este mundo.Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Salmo 139:13Fui formado en el vientre de mi madre tan perfecto como todos los niños, al nacer aumenté la felicidad de mis padres al ser el tercero de sus hijos, el tiempo transcurre normal, a los diez meses de vida cuando empecé a intentar caminar me tocó la desgracia que me incapacitó lo pies de por vida, a pesar de mis limitaciones tuve una infancia feliz, rica de amigos y cariño.En este libro traigo a colación lo que considero relevante para formar la primera parte de mi testimonio, reconozco que es muy comprometedor tocar las fibras sensibles de un ser humano, máxime cuando tiene alguna discapacidad y no quiere valorar la vida que tiene porque la considera la peor.El objetivo no es gloriarme de mis experiencias y mucho menos resaltar el tiempo oscuro que tuve durante mi etapa sin Jesucristo, tampoco quiero que tengan lástima de mi persona discapacitada, ¡de ninguna manera! Es para motivar a los que de alguna manera se sienten incapaces de enfrentar a la vida con sus limitaciones y virtudes, a los que tienen la dicha de estar completos en su cuerpo físico, sin embargo, piensan que no sirven para nada; nadie ocupa un espacio sin servir en la faz de la tierra.A través de las páginas de este libro daré a conocer lo que Jesucristo hizo en mi vida, pues desde que era niño siempre me guardó, no me permitió morir de las veces que estuve al borde de la muerte, también impidió matarme las cuatro veces que intenté hacerlo, y me protegió en los múltiples peligros en que me hallé como misionero, aún me guarda y me protege de los peligros que enfrento en el ministerio, en todas las cosas me confirma que me llamó desde el vientre de mi madre para servir en su viña.

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