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Hashima (isla del acorazado) es una pequeña isla de Japón perteneciente a la prefectura de Nagasaki, está deshabitada desde el año 1974, fue elegida Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2015, y también es el seudónimo que empleé en el pasado 2022 al presentarme a los distintos concursos literarios en los que participé.Lo recogido en este libro es una recopilación de cuentos, relatos y microrrelatos de diversa índole, aunque todos ellos dotados de los tres ingredientes fundamentales por los que tengo predilección a la hora de escribir, los cuales lo sazonan en mayor o menor medida; a saber: humor, horror y suspense.En cuanto a La Espiral...La Espiral es un elemento deliberadamente ambiguo, misterioso e inexplorado hospedado en la totalidad de mis novelas. Una infinita escalera helicoidal, suspendida en la nada, que conecta diferentes mundos, dimensiones y realidades a través del espaciotiempo, ofreciendo a quienes se atreven a transitar por sus escalones, puertas que se abren o se cierran, destinos más o menos amables y compañeros, muchas veces, indeseables.Del primer paso es usted su dueño, los siguientes quizá le pertenezcan a La Espiral.
«Buenos días entes inquietos de pulgar oponible, ¿conocéis el "binomio fantástico" de Gianni Rodari? Me gustaría probarlo, y para ello, necesito que digáis dos palabras al azar; a ver qué pasa...».Ese fue el tuit, germen de la idea, que desde hacía algún tiempo rondaba en mi cabeza; lo resumo brevemente: el concepto de este libro se basa en la elaboración de micro cuentos a partir de dos palabras cualesquiera. Y, ¿por qué ciento cuarenta caracteres? Pues eso esto se debe a que la idea se me ocurrió en el estreno de mi cuenta de Twitter que, como la mayoría a estas alturas ya sabrá, funciona en ese formato… ¡O eso es lo que yo creía!Así es, y es que según leí después en una noticia, la mencionada plataforma lleva años funcionando con esa cifra... doblada en número. Vamos, que son doscientos ochenta caracteres en vez de ciento cuarenta.Cuando supe esto, ya tenía el libro escrito y el título me gustaba demasiado como para cambiarlo e improvisar uno nuevo a última hora. La decisión estaba tomada. Tendré la oportunidad de resarcirme con una futura segunda parte en la que incluiré otros ciento cuarenta de estos mini relatos titulándola con propiedad, merecido derecho y escasísima innovación: "Doscientos ochenta cuentos de doscientos ochenta caracteres". Pero bueno, no adelantemos acontecimientos…Bien, como comentaba, trasladé instantáneamente la idea de los cuentos formados a raíz de parejas de palabras aleatorias a la red social del pajarito, donde gracias a la desinteresada aportación de familiares, amigos, conocidos y menos conocidos, escribí y subí estas fábulas comprimidas en las reducidas proporciones que por allí se estilan y que, bajo mi punto de vista, constituye uno de los mayores atractivos del proyecto.En Twitter cogió impulso y continuó su vuelo por diversos bares y cafés en horario de vermú, hasta finalmente aterrizar en estas páginas, y es que al no agradarme las redes sociales (exacto, no duré demasiado), escasamente se prodigó el experimento por aquellos lares. Pocos han sido los micro cuentos compartidos de forma pública ya que de lo que de verdad tenía ganas, y el cual consideraba el espacio más adecuado para mis criaturas, es en un libro. Y aquí está.Buena lectura.
Imagínese que un día tiene conocimiento de la existencia de alguien que intercambia grandes fortunas por tiempo, su tiempo. Bien, ahora supongamos que el tema le atrae, despierta su interés, remueve su curiosidad. ¡Es dinero, ¿a quién no le gusta el dinero?! De todas maneras ya cambia tiempo por dinero en su trabajo a diario, ¿y si este da más?, ¿y si puede sacarle más provecho a su tiempo?Bueno, de acuerdo, se puede mirar, pero, ¿de qué forma lo logra?, ¿dónde está el truco?Entonces se decide a probar, y descubre que el procedimiento exige concertar una audiencia con este individuo, exponer su caso y tras ello, pasado un período de tiempo indeterminado, y si tiene la suerte de ser una de esas pocas personas seleccionadas, será informado por medio de una carta extrañamente decorada, que en su interior contendrá un texto igual a este:"Paciente señor o señora, tenemos el placer de comunicarle que su solicitud de audiencia con El comedor de relojes ha sido aprobada... ¡Enhorabuena!En un plazo máximo de tres días transcurridos a la recepción de esta misiva, un coche le recogerá en el domicilio especificado del documento certificado.Suya es la decisión de subir y realizar las aspiraciones que en su momento le movieron a contactar con nosotros, o por contra, desestimar esta oportunidad única que le brinda el destino y permanecer en donde quiera que esté, lamentándose junto a sus allegados.Si todavía se empeña en optar por la deplorable opción de seguir revolcándose en la miseria, rogamos se lo notifique al conductor lo antes posible con objeto de no hacerle desperdiciar su valioso tiempo.Estamos absolutamente convencidos de que la vigencia de sus anhelos persiste con firmeza, y que por ende, nos veremos muy pronto.P.d.: Recuerde, es imprescindible portar con usted un reloj de su pertenencia."Cada cierto número de años salta la noticia del regreso a la sociedad de un sujeto conocido simplemente como el comedor de relojes. A cambio de tiempo, promete fabulosas riquezas a las personas previamente autorizadas por medio de unas misteriosas cartas, que sus agentes hacen circular a cuentagotas. Transcurrido un lapso estipulado, el comedor de relojes vuelve a desaparecer, hasta su siguiente advenimiento.¿De qué forma es posible llevar a cabo tan fantasioso intercambio, y cuáles son los propósitos que lo impulsan a ello?¿Es siquiera, humano?Cuatro personas sin vínculos aparentes, y movidas por diferentes motivos, abordarán la empresa de enfrentarse al negocio propuesto por este enigmático personaje.El planteamiento narrativo de esta novela, en la que todos sus personajes carecen de nombre, está inspirado en la lectura de Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago, algo que se repite en Lo ajeno, la tercera entrega de esta serie.
Una talentosa pianista sorda.Su anciano abuelo, incapaz de abandonar su despacho.La madre de la joven, una mujer obsesionada con virus y bacterias.Y el padre de la criatura, un sastre que luego de arduos esfuerzos por concretar el proyecto de su vida, se ve privado de él a causa de un conflicto que, tras permanecer un largo período en estado de latencia finalmente ha estallado en forma de guerra civil, algo que los obliga a refugiarse en el frío e inhóspito hogar fundacional del clan.Una casa de Lobos que será el escenario de rencores, intentos de reconciliaciones o pactos con el pasado; de charlas silenciosas, de piedras e instrumentos musicales raros; paisajes montañosos, nieves y tormentas; de barcos, peces y pájaros; tónicos, bálsamos o aceites para bigote; de facciosos locutores de radio, problemas mentales o litros y litros de desinfectante; de telas por supuesto, e hilo, aguja y afiladas tijeras de sastre; de peleas y golpes de boxeo; de libros; de una tierra por descubrir o una diosa en un pozo y sus fanáticos servidores; de leyendas, y algún que otro espectáculo...Localizada en un punto cronológico comprendido entre la periodista y el profesor de El comedor de relojes, Casa de Lobos sigue en cualquier caso la línea temporal marcada al final del primer libro de esta serie de tres, y explora el importante suceso que supondrá un punto de inflexión en el devenir de las siguientes historias.
Faltando a la solemne promesa que diecisiete años antes hicieran a su abuelo materno biológico, al alcanzar la mayoría de edad un muchacho es puesto al corriente por boca de estos, sus padres adoptivos, de la verdad que encierra su origen, en paralelo a la historia de la inexplicable desaparición de sus progenitores, aún a fecha de hoy rodeada de las más extrañas circunstancias.Además de tales averiguaciones, junto con los dieciocho años recibirá la visita nocturna de la serie de inquietantes pesadillas que desde ese momento comenzará a experimentar, y que ya no se despegarán de él, deduciendo de ellas el intenso anhelo subyacente por transmitirle un críptico mensaje, el cual se le presenta envuelto en formas enigmáticas a la par que horrorosas.Por otra parte está su hermana, una joven ligeramente menor que él dotada de una inteligencia tan mordaz como frágil es su salud, en cuya compañía iniciará el primer año de estudios superiores en la universidad, y respecto a quien sus sentimientos de amor fraternal advierten un cambio ahora que se abre ante ellos este nuevo panorama en el que se evidencia su no unión por lazos de sangre.Las trágicas repercusiones que acarreará consigo este encadenamiento de agridulces acontecimientos alterarán sus vidas de una manera que jamás imaginaron, pues inserto en sus raíces yace algo oculto, algo que él todavía desconoce, algo ajeno.Finalizando lo iniciado en El comedor de relojes y continuado en Casa de Lobos, Lo ajeno cierra esta trilogía de novelas cortas que a modo de largo prólogo sirven para asentar las bases de lo venidero.
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