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Este libro nos presenta una obra literaria de gran profundidad y alcance moral. Hugo Wast, uno de los escritores católicos más destacados de Argentina, nos introduce en un mundo de valores y principios eternos que nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia vida y las decisiones que tomamos.This work has been selected by scholars as being culturally important, and is part of the knowledge base of civilization as we know it.This work is in the "public domain in the United States of America, and possibly other nations. Within the United States, you may freely copy and distribute this work, as no entity (individual or corporate) has a copyright on the body of the work.Scholars believe, and we concur, that this work is important enough to be preserved, reproduced, and made generally available to the public. We appreciate your support of the preservation process, and thank you for being an important part of keeping this knowledge alive and relevant.
El culto de Satanás había tenido desde el siglo XIX apasionados adeptos, especialmente entre los poetas y los filósofos, que por hacer más crudas sus blasfemias, las erizaron de alabanzas diabólicas.Pero ni Proudhon, ni Carducci, ni madame Ackermann, ni Richepin, ni Leconte de Lisle, hicieron de sus desesperados insultos a Dios una verdadera oración al diablo, ni lograron imitadores de su triste locura.Naboth Dan, que sentía en las corrientes de su sangre la indeleble vocación sacerdotal, se dejó de literatura y hábilmente deformó el corazón de los niños. Creó una religión con oraciones, mandamientos y catecismo; y para hacerla más accesible y grata a las imaginaciones infantiles, hizo de ella una contrafigura de la Ley de Dios.Contra cada mandamiento que imponía un precepto de amor o una virtud, se pregonaba un deleite o se daba un consejo de odio, camino infinitamente más fácil de seguir.Del lado de Dios estaba el sacrificio. Del lado del diablo el placer y toda la libertad imaginable de los peores instintos.
Cuando pensemos de otro modo, ¿será tiempo todavía? Repitamos las palabras de Bernardo Lazare, cuyo testimonio es irrecusable: ''El día en que el judío ocupó una función civil, el estado cristiano se puso en peligro.''Nuestros judíos no creen, seguramente, en el Mesías, pero sí en la misión mesiánica de Israel, que un día tendrá a todas las naciones a sus pies.Nadie como el judío está armado para esta conquista universal, que no se realizará por la espada, sino por el oro, el amia de los tiempos modernos. .En muchos pueblos se está librando ya la gran batalla financiera, que primero conduce a la crisis, luego a la guerra y, finalmente, a la revolución.El judío la fomenta, la dirige, la subvenciona y cuando ha hecho tabla rasa del estado cristiano, la sofoca y se instala en el Capitolio vacío, a gobernar bajo la inspiración del Kahal, precursor del Anticristo.La Revolución rusa es un ejemplo actual y completo.Y ésta es la razón por la que en todos los pueblos, el grito contra el que se ha levantado constante y enérgicamente la voz de los Papas: ''¡muera el judío!'' haya querido ser sinónimo de ''¡viva la Patria!''Porque dos naciones no pueden coexistir en la misma nación.
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