Gjør som tusenvis av andre bokelskere
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Julia se pone de pie, abriéndose paso entre pegajosas telarañas; como a lentos codazos, desordenadamente, buscando a tientas las jambas de la puerta, donde sostenerse. Gabriel confiesa que siempre había mantenido a raya la versión más granuja de su propia alma, pero proyecta una diablura trasgresora que pondrá a prueba un resto postrero de su oxidada juventud.Carles coge el juego de llaves del Tesla de su padre. Minutos más tarde, lo está conduciendo: va como la seda. No se tienen veinte años toda la vida.Fidel y Matilde cuentan a su favor con el aval de los suyos, que conocen y reverencian su vida conyugal. A su favor, igualmente, un presente sostenido sobre una oficiosa vida social en la que acreditan el trato afable, el saber hacer y estar, la adecuada cercanía. Sin embargo... Este libro lo constituyen diez relatos protagonizados por personas que comparten vislumbres, cuando desentrañan sus vidas en el universo cotidiano de los espejos comunes.
Entre dos bisiestos, 2017 y 2020, se sitúa el curso de este bocado autobiográfico, en el que traté de reivindicar la vida, dejando constancia de su curso por escrito.
Cuando Terenci Poquet se trasladó a Barcelona para preparar sus oposiciones, no podía siquiera imaginar que comenzaría a recibir unas anónimas cartas de amor, tan enigmáticas y sorprendentes que terminarían absorbiendo su voluntad y su tiempo. Tras entregarse a una pedestre investigación, en la que el azar le irá tendiendo toda suerte de emboscadas, Terenci se verá atrapado una y otra vez en su propia peripecia vital y no conseguirá sino regresar al mismo punto del que partió: la realidad de su hermética y anodina existencia, reflejada en un espejo extrañamente fragmentado.
He abierto esta ventana para que corra el aire y, como las partículas de polvo al trasluz, vuelen sensaciones, imágenes y palabras. Iré dejando algo de todo esto en el alféizar y tú, al descubrirlas, tal vez quieras dar cohesión a nuestro encuentro. Será un modo de observar en la misma dirección; contemplaremos serenamente el momento y, por imposible que parezca, habremos de compartir ese lugar intacto del horizonte, en el que, más allá de los paisajes, coinciden eternamente nuestras miradas. (Encabezamiento del blog El Alféizar)
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