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En medio de los registros y testimonios que componen la rica historia del Regionalismo andaluz, es sorprendente observar cómo ciertas figuras trascendentales, como Blas Infante y otros destacados personajes, han sido ampliamente reconocidos por sus contribuciones. Sin embargo, resulta innegable que la narrativa histórica ha omitido injustamente una figura de indiscutible relevancia: el abogado y genial poeta Tirso Camacho. La razón detrás de esta omisión radica simplemente en el desconocimiento de sus escritos relacionados con esta temática. Es por este motivo que la nueva obra de Tirso Camacho sobre el Regionalismo no puede faltar en la historia de Andalucía, pues viene a llenar un vacío esencial en el panorama historiográfico.En esta valiosa obra, el talentoso autor Manuel Enrique Gutiérrez Camacho nos adentra de manera magistral en los conceptos fundamentales del Andalucismo y los Juegos Florales. A su vez, otro miembro de la familia de Tirso, Pedro Ruiz-Berdejo Gutiérrez, nos brinda una enriquecedora explicación sobre la obra que Tirso escribió sobre el Regionalismo en el año 1913, aportando una perspectiva íntima y reveladora.
Había en la sociedad filipina el "abogadillo". que era el nativo que ejercía como abogado sin haber cursado estudios de derecho; También existía el "mediquillo"; el "directorcillo" el "maestrillo", etc., sin tener las titulaciones correspondientes. El "gobernadorcillo" del pueblo, ya redeñado, en que se perpetúa un crimen recibe casi siempre las primeras declaraciones en lengua provincial, sin embargo, de estar prevenido que dichas justicias locales entiendan y hablen la lengua española, para verificarlo con ella: mas esto pocas veces sucede así, no obstante de que les era permitido a los "gobernadorcillos" que tengan un intérprete a quien llamaban "directorcillo". Con semejante sistema de instruir procesos, no puede menos de adolecer de muchos vicios en su sustanciación. En poder ya del alcalde, o gobernador político-militar (en este caso asesorado indispen-sablemente de un letrado) continuaban la instrucción estos funcionarios, con arreglo a los datos, algunas veces oscuros y con frecuencia equivocados, que les suministran los "gobernadorcillos". Dicho de otro modo, todos estos términos formaban, en conjunto, el fenómeno de la disminución de las capacidades atribuidas al cargo en cuestión, siempre que fueran ejercidos por nativos. Visto el anómalo funcionamiento del sistema, no fue de extrañar que Tirso tratara de solucionar, al menos en tres asuntos penales, que ha dado origen a estos "Esbozos forenses".
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