Gjør som tusenvis av andre bokelskere
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El libro que tienes en las manos nace del recuerdo de las tardes jugando LoterÃa en casa de mi abuelo. Quien tuviera más centavos podÃa tener más tablas y, por lo tanto, oportunidades de ganar. Era un momento de gritos, euforia, frustraciones e intensidad; chicos y grandes hablaban un mismo lenguaje: el de la loterÃa.Lo primero que se establecÃa era el modo de jugar: lÃnea diagonal, horizontal o vertical, cuadro chico, cuadro grande o tabla llena. No se permitÃa el empate: si dos participantes cantaban ¡Buenas! al mismo tiempo entonces se jugaba una ronda a cuatro esquinas por el desempate. La ganancia era jugosa y para mà ahora lo es más porque gracias a ello he desempolvado 54 recuerdos: uno por cada carta. Te invito a barajarlos.
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