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Lunes o martes es la única colección de relatos que Virginia Woolf publicó en vida. Escritos en su estilo experimental, de flujo de conciencia, estos ocho relatos poco convencionales se alejan de la trama tradicional y el desarrollo de personajes en favor de pensamientos interiores, emociones, recuerdos y asociaciones.Desde las percepciones en vuelo de una garza en Lunes o martes hasta una pareja de fantasmas en busca de un tesoro en Una casa encantada, desde una meditación sobre el color como catalizador de la imaginación y las conexiones emocionales en Azul y verde hasta las historias inventadas de un narrador en un tren que observa a una compañera de viaje en Una novela no escrita, las exploraciones poéticas de Woolf llevan a los lectores en direcciones antes inexploradas, revelando una intensidad de sentimientos y una profundidad de percepción que seguirían caracterizando su obra posterior. Todo esto sin descuidar temas propios a Virginia Woolf tales como el feminismo y la salud mental.En conjunto, estas historias líricas y evocadoras crean un rico mosaico de la sensibilidad de la autora. Lunes o martes incluye Una casa encantada, Una sociedad, Lunes o martes, Una novela no escrita, El cuarteto de cuerdas, Azul y verde, Jardines de Kew y La marca en la pared.Esta nueva traducción al español permite la lectura en un lenguaje actualizado y ameno, haciendo justicia al original.
En La señora Dalloway Virginia Woolf relata un día en la vida de Clarissa Dalloway, una señora de la clase alta casada con un miembro del parlamento inglés, y de un ex-combatiente que lucha contra su enfermedad mental. La historia comienza y termina en Londres, en un mismo día de junio de 1923, y se desarrolla desde el momento en que Clarissa está preparando una fiesta en su mansión hasta que se retiran los invitados.La gran innovación de la novela es la corriente de consciencia: Woolf sigue el pensamiento de cada uno de los personajes, siendo excelente a la hora de narrar emociones, asociaciones e intrincados sentimientos entre las personas. Los grandes eventos de la vida son recordados y revisitados continuamente -la visita de Peter Walsch, su amante frustrado; el beso de Clarissa con su mejor amiga; la aparición de su amigo muerto, Evans, a Septimus; las tardes de verano en el campo y los destinos de cada uno de los amigos de Clarissa-.Los grandes temas de Virginia Woolf, tales como la presencia del pasado en el presente, las múltiples vidas que uno vive o puede haber vivido, la locura y la muerte o la perspectiva feminista son abordadas con frescura en un relato ameno que termina tejiendo la mejor novela de Virginia Woolf (y sin duda una de las mejores del siglo XX).En esta nueva traducción al español el lenguaje contemporáneo y la fidelidad al texto permiten disfrutar del libro más conocido de la autora; la edición bilingüe facilita la comparación del vocabulario y las expresiones propias a la consciencia psicológica en una de las formas literarias más originales y eficaces.
En Orlando: Una biografía Virginia Woolf da rienda suelta a una imaginación desbordante, creando una de las novelas satíricas más conocidas de todos los tiempos; no bastando con eso es un recuento histórico de la vida de la nobleza y de la literatura inglesa a través de casi cuatro siglos. Y aún así el mayor mérito de la novela es haber abordado, hace casi cien años, temas feministas y transgéneros que aún se encuentran en discusión en nuestros días.Orlando nace biológicamente masculino en la corte de Isabel I en Inglaterra pero un día, tras un largo sueño, se despierta como mujer y así continúa su vida. La narración muestra la paulatina aceptación por parte del personaje de su nueva condición, estudiando el papel de la mujer en la historia y la sociedad, incluso en temas éticos y morales (sexualidad, homosexualidad, derechos de la mujer) contrarios a la época en que fue escrito. Todo esto desde la perspectiva biográfica y desde el discurso femenino, una novedad dado que el género había sido mayormente utilizado por escritores hombres.La novela, sin transformarse nunca en un ensayo ni acercarse a dogmatismos, y sin perder su fino humor, se desarrolla por sí misma y, sin que nos hayamos dado cuenta, el mundo entero ha entrado en una narración que culmina en el momento presente (la narración termina en 1928, en el mismo día en que fue publicada por Hogarth Press, la editorial de Virginia Woolf y su esposo).Orlando es tanto un apto regalo de Virginia Woolf a su amante y amiga íntima, Vita Sackville-West -es un retrato poético de su amante-, como a muchas generaciones posteriores que encontraron en esta novela inspiración y liberación.Esta nueva edición al español es fiel al texto y a las intenciones de Virginia Woolf, eliminando las alteraciones introducidas en el relato por traducciones anteriores, mostrando así el espíritu revolucionario en su plenitud.
Monday or Tuesday, a classical book, has been considered important throughout the human history, and so that this work is never forgotten we at Alpha Editions have made efforts in its preservation by republishing this book in a modern format for present and future generations. This whole book has been reformatted, retyped and designed. These books are not made of scanned copies of their original work and hence the text is clear and readable.
In Jacob's Room, Virginia Woolf takes readers on a journey through the life of Jacob Flanders, a young man coming of age in early 20th-century England. Through Woolf's vivid and evocative prose, we see Jacob navigate the complexities of love, friendship, and societal expectations as he grows from a boy into a man. Woolf's experimental narrative style and use of stream of consciousness add a layer of depth to the story, allowing readers to fully immerse themselves in Jacob's thoughts and experiences. As we follow Jacob through his life, we also witness the changing world around him, from the political upheaval of World War I to the shifting social norms of the time. Through it all, Woolf's writing captures the essence of a generation coming of age in a rapidly changing world.
Although known for her later experiments with style and structure, Virginia Woolf set out in her early novels to master the traditional form. Her second novel, Night and Day, presents itself as a seemingly conventional marriage plot, complete with love triangles, broken engagements, and unrequited affections. Beneath these conventional trappings, however, the book¿s deeper concerns are resolutely subversive. The main characters¿a quartet of friends and would-be lovers¿come together, pull apart, and struggle to reconcile socially-prescribed norms of love and marriage with their own beliefs and ambitions.
Mrs. Dalloway takes place over the course of a single day in a woman's life in 1920's London. There are flowers to buy, outfits to choose, but also a visit from a past lover, and the tragic fate of a young war veteran who cannot adjust to life in post-war London. Virginia Woolf's supple and mesmerizing account of an ordinary day draws the reader into the minds, perceptions, and emotions of an astonishingly varied and vivid cast of characters. Woolf reminds us that each day, hour, and even minute of our lives harbors the potential to transform us and those around us. The novel ranks among those rare, timeless books that speak to us anew with each reading. Includes Woolf's short story, "Mrs. Dalloway in Bond Street," a uniquely insightful new afterword, and a detailed biographical timeline.
Pero, me diréis, le hemos pedido que nos hable de las mujeres y la novela. ¿Qué tiene esto que ver con una habitación propia? Intentaré explicarme. Cuando me pedisteis que hablara de las mujeres y la novela, me senté a orillas de un río y me puse a pensar qué significarían esas palabras. Quizás implicaban sencillamente unas cuantas observaciones sobre Fanny Burney; algunas más sobre Jane Austen; un tributo a las Brontë y un esbozo de la rectoría de Haworth bajo la nieve; algunas agudezas, de ser posible, sobre Miss Mitford; una alusión respetuosa a George Eliot; una referencia a Mrs. Gaskell y esto habría bastado. Pero, pensándolo mejor, estas palabras no me parecieron tan sencillas. El título las mujeres y la novela quizá significaba, y quizás era éste el sentido que le dabais, las mujeres y su modo de ser; o las mujeres y las novelas que escriben; o las mujeres y las fantasías que se han escrito sobre ellas; o quizás estos tres sentidos estaban inextricablemente unidos y así es como queríais que yo enfocara el tema. Pero cuando me puse a enfocarlo de este modo, que me pareció el más interesante, pronto me di cuenta de que esto presentaba un grave inconveniente. Nunca podría llegar a una conclusión. Nunca podría cumplir con lo que, tengo entendido, es el deber primordial de un conferenciante: entregaros tras un discurso de una hora una pepita de verdad pura para que la guardarais entre las hojas de vuestros cuadernos de apuntes y la conservarais para siempre en la repisa de la chimenea.
Al acercarse a la playa cada barra se alzaba, se amontonaba sobre sí misma, rompía, y se deslizaba un sutil velo de agua blanca sobre la arena. La ola se detenía, y después volvía a retirarse arrastrándose, con un suspiro como el del durmiente cuyo aliento va y viene en la inconsciencia. Poco a poco, la oscura raya en el horizonte se aclaraba, como si las partículas suspendidas en una vieja botella de vino hubieran descendido al fondo, dejando verde el vidrio. También más allá se aclaraba el cielo, como si el blanco poso hubiera descendido, o como si el brazo de una mujer recostada bajo el horizonte hubiera alzado una lámpara, y planas barras blancas, verdes y amarillas se proyectaban en el cielo, como las varillas de un abanico. Entonces, la mujer alzó más la lámpara, y el aire pareció devenir fibroso y apartarse de la verde superficie, chispeante y llameando, en rojas y amarillas hebras como el humeante fuego que ruge en una hoguera. -Poco a poco, las hebras de la hoguera se fundieron en un resplandor, en una incandescencia que alzó el peso del gris cielo lanudo, poniéndolo encima de él, y lo convirtió en millones de átomos de suave azul. La superficie del mar se hizo despacio transparente, y estuvo destellante y rizada hasta que las oscuras barras quedaron casi borradas. Lentamente, el brazo que sostenía la lámpara la alzó más, y después más, hasta que la ancha llama se hizo visible. Un arco de fuego ardía en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar lanzaba llamas doradas.
La señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores.Porque Lucy ya le había hecho todo el trabajo. Las puertas serían sacadas de sus goznes; los hombres de Rumpelmayer iban a venir. Y entonces, pensó Clarissa Dalloway, ¡qué mañana! ¿fresca como si fuesen a repartirla a unos niños en la playa. ¡Qué deleite! ¡Qué zambullida! Porque eso era lo que siempre había sentido cuando, con un leve chirrido de goznes, que todavía ahora seguía oyendo, había abierto de golpe las puertaventanas y se había zambullido en el aire libre de Bourton. Qué fresco, qué tranquilo, más que ahora desde luego, estaba el aire en las primeras horas de la mañana; como el aleteo de una ola, el beso de una ola, frío y cortante y sin embargo (para los dieciocho años que tenía entonces), solemne, sintiendo, como sentía allí de pie en la ventana abierta, que algo terrible estaba a punto de suceder; mientras miraba las flores, los árboles, el humo escapando entre su fronda, y a los grajos volando arriba y abajo; de pie y mirando hasta que Peter Walsh dijo: «¿Mirando a las musarañas?» ¿¿eso dijo?¿. «Prefiero a los hombres antes que las musarañas» ¿¿eso dijo? Debió decirlo en el desayuno cuando ella había salido a la terraza. Peter Walsh. Volvería de la India un día de éstos, en junio o julio, había olvidado cuándo, pues sus cartas eran terriblemente pesadas; eran sus dichos lo que una recordaba; sus ojos, su cortaplumas, su sonrisa, su mal genio y, una vez que miles de cosas se habían disipado completamente ¿¡qué cosa tan extraña!¿ unos cuantos dichos como éste, sobre las musarañas. Se irguió un poco sobre el bordillo esperando que pasara el camión de Durtnall. Una mujer encantadora, pensó Scrope Purvis (que la conocía como uno conoce a los vecinos de Westminster); tenía el no sé qué de un pajarillo, del arrendajo, verde azulado, ligera, vivaracha, aunque tenía cincuenta años cumplidos, y muy pálida desde su enfermedad. Ahí estaba ella encaramada, sin verlo, esperando a cruzar, bien erguida.
Era una noche de verano y, en la amplia estancia con ventanas que daban al jardín, hablaban acerca del pozo negro. El consejo del condado había prometido llevar agua al pueblo, pero no lo había cumplido. La señora Haines, esposa del caballero terrateniente, una mujer que tenía cara de oca y unos ojos saltones, como si vieran algo que tragar en la acequia, dijo con afectación:¿¡Vaya tema de conversación en una noche como esta!Entonces hubo un silencio; una vaca mugió, y esto dio pie a que la señora Haines comentara cuán raro era que, siendo niña, jamás hubiera temido a las vacas, solo a los caballos. Aunque había que tener en cuenta que, cuando era muy pequeña, todavía en el cochecito, un caballo de tiro había pasado a un dedo de su cara. Su familia, dijo la señora Haines al anciano que estaba sentado en un sillón, había residido cerca de Liskeard durante siglos. Las tumbas que había en el cementerio así lo demostraban.Fuera, un pájaro gorjeó. ¿¿Un ruiseñor? ¿preguntó la señora Haines.No, los ruiseñores no llegaban tan al norte. Era un pájaro diurno que, animado por otro día sustancioso y suculento, por los gusanos y los caracoles y la arenilla, gorjeaba incluso dormido.
Hay una frase en la «Vida de Gray», del doctor Johnson, que bien pudo ser escrita en todas esas salas, demasiado humildes para ser llamadas bibliotecas, aunque llenas de libros, donde gente anónima se entrega a la lectura: «¿ me regocijo de coincidir con el lector común; pues el sentido común de los lectores, incorrupto por prejuicios literarios, después de todos los refinamientos de la sutileza y el dogmatismo de la erudición, debe decidir en último término sobre toda pretensión a los honores poéticos». Define sus cualidades; dignifica sus fines; se dedica a una actividad que devora una gran cantidad de tiempo, y sin embargo tiende a no dejar tras de sí nada muy sustancial: la sanción al reconocimiento del gran hombre. El lector común, como da a entender el doctor Johnson, difiere del crítico y del académico. Está peor educado, y la naturaleza no lo ha dotado tan generosamente. Lee por placer más que para impartir conocimiento o corregir las opiniones ajenas. Le guía sobre todo un instinto de crear por sí mismo, a partir de lo que llega a sus manos, una especie de unidad ¿un retrato de un hombre, un bosquejo de una época, una teoría del arte de la escritura. Nunca cesa, mientras lee, de levantar un entramado tambaleante y destartalado que le dará la satisfacción temporal de asemejarse al objeto auténtico lo suficiente para permitirse el afecto, la risa y la discusión. Apresurado, impreciso y superficial, arrancando ora este poema, ora esa astilla de un mueble viejo, sin importarle dónde lo encuentra o cuál sea su naturaleza siempre y cuando sirva a su propósito y complete su estructura, sus deficiencias como crítico son demasiado obvias para señalarlas; pero si, como afirmaba el doctor Johnson, tiene voz en el reparto último de los honores poéticos, entonces, tal vez, merezca la pena anotar unas cuantas de las ideas y opiniones que, insignificantes por sí mismas contribuyen, no obstante, a tan grandioso resultado.
Lock up your libraries if you like; but there is no gate, no lock, no bolt that you can set upon the freedom of my mind.? If Shakespeare had a sister as talented as he, would she have got the same opportunities to develop her skills? Constructed around Woolf's idea that to write fiction a woman must have money and a room of her own, this revolutionary work depicts a woman's predicaments as she struggles deep within for some place of her own where she can work without restrictions. it brings forth the differences, biases and conventional attitudes that have caused immense suffering to women across the centuries. A major work of the twentieth-century feminist literature, a Room of One's Own is an extended essay based on a series of lectures titled? Women and Fiction? delivered at two women's colleges in Cambridge. More than half a century after its publication, this book continues to be an inspiration for women across the globe.
A Room of One?s Own is an essay written by Virginia Woolf. It was published in 1929 and is based on two lectures given by the author in 1928 at two colleges for women at Cambridge. In this famous essay, Woolf addressed the status of women, and women artists in particular. In this essay, the author also asserts that a woman must have money and a room of her own if she is to write. According to Woolf, women?s creativity has been curtailed due to centuries of prejudice and financial and educational disadvantages.To emphasize her view, she offers the example of an imaginary gifted but uneducated sister of William Shakespeare, who, discouraged from all eventually kills herself. Woolf celebrates the work of women who have overcome that tradition and become writers, including Jane Austen, George Eliot, and the Brontë sisters, Anne, Charlotte, and Emily. In the final section Woolf suggests that great minds are neutral and argues that intellectual freedom requires financial freedom. The author entreats her audience to write not only fiction but poetry, criticism, and scholarly works as well.
Son tan estrechas las calles que van del Strand al Embankment que no es conveniente que las parejas paseen por ellas cogidas del brazo. Haciéndolo, exponen a los empleadillos de tres al cuarto a meterse en los charcos, en su afán por adelantarles, o a recibir ellos un empujón u oír alguna frase, no siempre muy gramatical, de boca de las oficinistas en su apresurado camino. En las calles de Londres, la belleza pasa desapercibida, pero la excentricidad paga un elevado tributo. Es preferible que la estatura, porte y físico sean normales, con tendencia a lo vulgar; y en cuanto a la indumentaria, conviene que no llame la atención bajo ningún concepto. Una tarde otoñal, a la hora en que el tráfico empezaba a intensificarse, un hombre, que llamaba la atención por su elevada estatura, paseaba con una mujer prendida a su brazo. A su alrededor, y asaltándoles con airadas miradas, rebullían, como hormigas en su marcha incesante, una multitud de seres que parecían diminutos en comparación con la esbelta pareja. Esos seres insignificantes, cargados con papeles, carpetas de documentos y preocupaciones, correteaban pendientes de la obsesión de que su salario semanal dependía única y exclusivamente de su eficacia. Eso explica que miraran con poca benevolencia la excepcional estatura del señor Ambrose y la capa de su esposa, que se interponían en su febril actividad.
Era una primavera vacilante. El tiempo, siempre cambiante, mandaba nubes azules y purpúreas que se deslizaban sobre la tierra. En el campo, los campesinos contemplaban con aprensión sus cultivos; en Londres, la gente alzaba la vista al cielo y abría y cerraba el paraguas. Pero en el mes de abril cabía esperar aquel tiempo. Miles de dependientes hacían este comentario al entregar la mercancía envuelta con esmero a las señoras de adornados vestidos que se hallaban al otro lado del mostrador, en Whiteley y en los almacenes Army and Navy. Interminables procesiones de compradores en el West End, y de hombres de negocios en el East End, circulaban por las aceras, como caravanas en una marcha perpetua, o al menos eso les parecía a aquellos que se detenían por alguna razón, ya fuera para echar una carta, o en el ventanal de un club de Piccadilly. La corriente de landós, victorias y cabriolés era incesante, ya que la temporada social acababa de comenzar.
Réussissez votre bac de français 2023 grâce à notre fiche de lecture de l'essai Une chambre à soi de Virginia Woolf !Validée par une équipe de professeurs, cette analyse littéraire est une référence pour tous les lycéens.Grâce à notre travail éditorial, les points suivants n'auront plus aucun secret pour vous : la biographie de l'écrivain, le résumé du livre, l'étude de l'oeuvre, l'analyse des thèmes principaux à connaître et le mouvement littéraire auquel est rattaché l'auteur.
"Woolf's most lighthearted novel is a playful and exuberant romp through history. As a teenage nobleman, Orlando spends his days in revelry at the colorful Tudor court of Queen Elizabeth and his nights in writing earnest poetry. A favorite of the elderly queen, he falls in love with and is jilted by a wayward Russian princess. Two kings later, having reached his thirties, Orlando is sent to serve as ambassador to Constantinople, where he awakens one day to find himself in the body of a woman. The Lady Orlando takes this circumstance in stride and returns to England, where she engages in love affairs with both men and women, consorts with the famous poets of each age, finds happiness with an unconventional husband, and at last achieves publication of her own epic poem in the year 1928, the same year that Woolf published her novel. With its blend of fantastical adventure and satirical wit, Orlando was an immediate popular and critical success, one whose status as a classic has only grown with time."-- Provided by publisher.
"The long-lived protagonist of Orlando begins as a passionate teenage aristocrat, whose days are spent in rowdy revelry at the colorful Tudor court of Queen Elizabeth and his nights in writing earnest poetry. A favorite of the elderly queen, he falls in love with and is jilted by a wayward Russian princess. Two kings later, now in his thirties, Orlando is sent to serve as ambassador to Constantinople, where he awakens one day to find himself in the body of a woman. The Lady Orlando takes this circumstance in stride. She returns to England, engages in love affairs with both men and women, consorts with the famous poets of each age, finds happiness with a gender-nonconforming husband, and at last achieves publication of her own epic poem in the year 1928. A playful and exuberant romp through history, Orlando is Woolf's most lighthearted and unusual novel."-- Provided by publisher.
The beautiful Everyman gift edition in hardback.The Lord Orlando's country seat has 365 rooms. An exquisitely beautiful youth, he is a favourite of the ageing Queen Elizabeth and enjoys all that Court and tavern have to offer. He falls passionately in love with the intriguing Sasha, an androgynous Russian princess, who jilts him. Stricken, he takes up Literature, penning huge quantities of poems and plays, 'all romantic, and all long'. A few decades later a still youthful Orlando is appointed ambassador to Constantinople by Charles II. Here he wakes up one day and finds he has the body of a woman. "Different sex, same person", she observes, unphased.In London, it is the eighteenth century, and she can hobnob with "men of genius" Pope and Swift, Johnson and Boswell. She has affairs with both women and men, but before long it is the nineteenth century, oppressively gloomy and moral and probably time to find a husband. Fortunately, in a Brontësque moment on a moor, the gender- nonconforming Marmaduke Bonthrop Shelmerdine, newly back from Cape Horn, gallops past and scoops her up into bliss.Woolf's most unusual and joyous novel was inspired by her affair with the dashing author and aristocrat, Vita Sackville West.
Flush: A Biography, an imaginative biography of Elizabeth Barrett Browning's cocker spaniel, is a cross-genre blend of fiction and nonfiction by Virginia Woolf published in 1933. Written after the completion of her emotionally draining The Waves, the work returned Woolf to the imaginative consideration of English history that she had begun in Orlando: A Biography, and to which she would return in Between the Acts. Commonly read as a modernist consideration of city life seen through the eyes of a dog, Flush serves as a harsh criticism of the supposedly unnatural ways of living in the city. The figure of Elizabeth Barrett Browning in the text is often read as an analogue for other female intellectuals, like Woolf herself, who suffered from illness, feigned or real, as a part of their status as female writers. Most insightful and experimental are Woolf's emotional and philosophical views verbalised in Flush's thoughts. As he spends more time with Barrett Browning, Flush becomes emotionally and spiritually connected to the poet and both begin to understand each other despite their language barriers. For Flush smell is poetry, but for Barrett Browning, poetry is impossible without words. In Flush Woolf examines the barriers that exist between woman and animal created by language yet overcome through symbolic actions. The book, due to its subject matter, has often been considered one of her less serious artistic endeavours; however, she uses her distinctive stream of consciousness style to experiment with a non-human perspective. In places the novella plays with realism by allowing Flush an improbable amount of perception for a canine (Flush seems to grasp some idea of social class in humans, a concept recurrently criticized in the story as he becomes more "democratic" later in life), and can "talk" to other dogs on the street. At other times the reader is forced to interpret events from the dog's limited knowledge (Flush sees her owner agitated over markings on a paper and cannot understand that she is in love). For material, Woolf drew primarily on Barrett Browning's two poems on dogs ("To Flush, My Dog" and "Flush or Faunus") and on the published correspondence of the poet and her husband, Robert Browning. From this material, Woolf creates a biography that works on three levels. It is overtly a biography of a dog's life. Since this dog is of interest primarily for its owner, the work is also an impressionistic biography of Elizabeth Barrett during the most dramatic years of her life. At this level, Flush mostly recapitulates the romantic legend of Barrett Browning's life: early confinement by a mysterious illness and a doting but tyrannical father; a passionate romance with an equally talented poet; an elopement that permanently estranges the father, but which allows Barrett Browning to find happiness and health in Italy. On a third level, the book gives Woolf an opportunity to return to some of her most frequent topics: the glory and misery of London; the Victorian mindset; class differences; and the ways in which women oppressed by "fathers and tyrants" may find freedom. Woolf ostensibly uses the life of a dog as pointed social criticism, ranging across topics from feminism and environmentalism to class conflict. (wikipedia.org)
To the Lighthouse explores the relationships and inner thoughts of a family on their visits to the Isle of Sky.
A Society & Kew Gardens: Level 600 Reader (L+) (CEFR B1) presents modern and simplified versions of two famous stories written by Virginia Woolf. A Society, first published in 1921, shows the issue of inequality in British society in the early 1900s. It ridicules the elitist social circles of England with satire, revealing their shallow and isolated nature. Kew Gardens, first published in 1919, explores the thoughts and feelings of various characters during a visit to the London botanical gardens.Level 600 Matatabi Reader (L+)* Flesch Kincaid Grade Level 3.9* CERF B1* (L+): 1190 Headwords* 5180 (3860 + 1320) Words
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