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Originalmente concebido como una revista, La edad de oro es el libro infantil por excelencia de la literatura cubana del siglo XIX. Ilustrado por Adrien Emmanuel Marie, José Martí expone aquí su proyecto latinoamericanista para los niños del continente.Esta edición de La Edad de Oro incluye los cuatro números de la revista de recreo e instrucción que el poeta y revolucionario cubano José Martí escribió para los niños de América.La revista, de periodicidad mensual, se publicó en Nueva York de julio a octubre de 1889, durante el exilio de Martí en dicha ciudad. Aquí reproducimos en alta resolución los grabados originales.El título de la revista fue idea del editor Da Costa Gómez y alude al mito griego. Luego recreado por numerosos poetas como Novalis, que caracteriza a la infancia como el tiempo de la inocencia.La revista La edad de oro era un proyecto muy personal. Todos los números publicados los escribió Martí. Básicamente escribió la revista entera, desde la primera palabra hasta la última. Muy probablemente la traducción al español del poema de Ralph Waldo Emerson y el de Helen Hunt Jackson sean también obra del propio Martí.Asimismo los dos cuentos de Edouard René de Laboulaye y el de Hans Christian Andersen que llegó a publicar en la revista, fueron reescritos por él en una adaptación libre.En la nota introductoria a la primera entrega, correspondiente a julio de 1889, Martí escribió:Para eso se publica La Edad de Oro: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy, en América, y en las demás tierras: y cómo se hacen tantas cosas de cristal y de hierro, y las máquinas de vapor, y los puentes colgantes, y la luz eléctrica; para que cuando el niño vea una piedra de color sepa por qué tiene colores la piedra, y qué quiere decir cada color; para que el niño conozca los libros famosos donde se cuentan las batallas y las religiones de los pueblos antiguos.También declara:Así queremos que los niños de América sean: hombres que digan lo que piensan, y lo digan bien. Hombres elocuentes y sinceros.
Yo nací un día en el que Dios estaba enfermo, grave.El poema introductorio Los heraldos negros que da nombre al poemario, es la antesala que nos anuncia el dolor que refleja este libro. El recuerdo reciente de la pérdida de su hermano y la incomprensión humana hacia el sufrimiento del prójimo, ponen a Vallejo ante la angustia existencial.César Vallejo intenta representar su experiencia vital en su forma más completa. Expresa la naturaleza interna de las emociones, sin preocuparse de la realidad externa. Adapta el lenguaje para expresar sentimientos. Vallejo se interesa por la desolación, la búsqueda desesperada del momento amoroso y los golpes de la vida, que anuncian la desolación y la muerte.Una profunda tristeza empaña muchas de sus composiciones ya desde el inicio de Los heraldos negros. En éste y en otros poemas es patente el progresivo alejamiento del Modernismo. No hay espacio para su yo poético desgarrador y lleno de incertidumbre en la belleza y perfección formal de la imaginería modernista. Versos como el siguiente están en otra órbita estética:Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid, 1580-Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 1645). España.Hijo de Pedro Gómez de Quevedo, noble y secretario de una hija de Carlos V y de la reina Ana de Austria. Francisco de Quevedo estudió con los jesuitas en Madrid, y luego en las universidades de Alcalá (lenguas clásicas y modernas) y Valladolid (teología).Tras su regreso a Madrid tuvo la protección del duque de Osuna, con quien viajó a Sicilia en 1613.Osuna fue nombrado virrey de Nápoles y Quevedo ocupó su secretaría de hacienda y participó en misiones políticas contra Venecia promovidas por su protector. Cuando éste cayó en desgracia Quevedo sufrió destierro y prisión, pero regresó a la corte tras la muerte de Felipe III. Durante años tuvo buenas relaciones con Felipe IV, aunque no consiguió ganarse la simpatía de su favorito, el conde-duque de Olivares. Se especula que dejó bajo la servilleta del monarca el memorial contra Olivares titulado «Católica, sacra, real Majestad», lo que motivó su detención en 1639. Se cree, en cambio, que terminó en un calabozo del convento de San Marcos de León, donde estuvo hasta 1643, víctima de una conspiración.Murió en Villanueva de los Infantes.
La concepción del mundo azteca está marcada por un sentimiento de servidumbre y de cercanía a la muerte, a menudo referido en los Poemas náhuatl. Los hombres han nacido para servir a los dioses, por ello la poesía náhuatl comprende poemas cosmogónicos y ceremoniales, que celebran al Sol, los dioses, el amor, la belleza y el heroísmo; reflexionan sobre el sentido de la vida y proclaman su brevedad.En dicha lengua la expresión utilizada para referirse a la poesía es flor y canto (in xóchitl, in cuícatl), un nombre compuesto que describe varios elementos de la sacralización de la poesía. Este juego de palabras alude a un diálogo interior con uno mismo, con lo divino, el mundo y la comunidad.La poesía náhuatl era percibida como una fuente de conocimiento y de memoria ancestral. Por medio de ella, se legaba a las generaciones el conocimiento. Junto a esto, se presume que los cuícatl también eran percibidos como de inspiración divina. En ese sentido, se cree que quienes escribían poesía náhuatl no se consideraban solo poetas, sino filósofos.Los poetas náhuatl más conocidos son:Nezahualcóyotl,su hijo Nezahualpiltzin,los príncipes-sacerdotes Totoquihuatzin,Tochihuitziny Tecayehuatzin.La presente selección y traducción de Poemas náhualt fue realizada por Ángel María Garibay.
Francisco de Miranda (Caracas, 1750-España, 1816). Venezuela.Hijo de Sebastián de Miranda, comerciante canario, y Francisca Antonia Rodríguez, caraqueña. Nació el 28 de marzo de 1750.Estuvo involucrado en la Revolución Francesa, la Independencia de los Estados Unidos, y de Hispanoamérica.Estudió en la Universidad de Caracas y fue uno de los hombres más cultos de su época. Tenía conocimientos de matemáticas y geografía y dominó el francés, el inglés, el latín y el griego. En 1781 combatió junto a tropas españolas, a favor de las fuerzas independentistas, en Pensacola (colonia inglesa en la Florida).Poco después se fue al Reino Unido en busca de apoyo en su pretensión de independizar Hispanoamérica. También con ese propósito fue, en plena Revolución Francesa (1792), a París. En Londres vivió con su ama de llaves, la inglesa Sarah Andrews, con quien tuvo dos hijos. En 1805 viajó a Nueva York y en 1806 marchó en una expedición revolucionaria a Haití. Y más tarde se dirigió al puerto de Ocumare, en Venezuela, donde fue derrotado por los españoles.Miranda fue arrestado el 31 de julio de 1812 por un grupo de civiles y militares, entre ellos Simón Bolívar. En 1813 fue conducido a España, a la cárcel del arsenal de La Carraca (Andalucía). Allí murió el 14 de julio de 1816.
El Popol Vuh tiene un indudable interés literario, por su rica imaginería y por ser una obra que contempla la cultura maya preexistente.El Popol Vuh que hoy conocemos fue escrito tras la Conquista en lengua quiché con grafía castellana por indígenas cristianizados.Algunos estudiosos indican que uno de los posibles autores del Popol Vuh es Diego Reinoso. Y se cree que se redactó entre 1554 y 1558, en la antigua capital de los quichés, Gumarkaaj (Utatlán), hoy Santa Cruz del Quiché, o en Chuilá (Chichicastenango), pueblo en que vivieron los sobrevivientes de la nobleza quiché tras su derrota por Pedro de Alvarado.Este libro relata la lucha de los mellizos Hunahpú e Ixbalanqué (los gemelos civilizadores) contra los gigantes Vucub Caquix. Dentro de este planteamiento general, el libro se inicia con la creación y el origen del hombre, surgido a partir del maíz. Después se introduce en la epopeya de los semidioses Hunahpú e Ixbalanqué, los cuales se convertirán en el Sol y la Luna al dar término a su gesta. A continuación el pueblo quiché se extiende, sometiendo a sus vecinos.Una tercera parte ofrece una descripción de las dinastías y los dioses. Luego aparece una crónica más histórica sobre el origen y la estructura de los pueblos indígenas de Guatemala. También se refieren los sucesos recientes que les afectaron, incluida la conquista por los españoles hacia 1524.La historia de cómo el libro se conservó está llena de vericuetos. En 1701 llegó a Chichicastenango el sacerdote dominico Francisco Jiménez, quien aprendió varios idiomas indígenas y transcribió el Manuscrito del Popol Vuh al español.En 1829 los dominicos fueron expulsados del país durante el gobierno liberal de Francisco Morazán, y sus archivos pasaron a la Universidad de San Carlos. En 1854 un médico austriaco residente en Guatemala, Carl Scherzer, tuvo acceso al Manuscrito de Jiménez, y lo publicó en 1857 en Viena. Ese mismo año el abate francés Charles Etienne Brasseur de Bourbourg, llevó el Manuscrito a París y lo publicó en francés en 1861. A la muerte de Brasseur el Manuscrito pasó a manos de Alphonse Pinart, quien luego lo vendió por 10.000 francos.En 1887 Edward Everett Ayer lo adquirió en una subasta. Luego lo donó a la biblioteca de la Universidad de Newberry, en Chicago, donde aún se encuentra.La primera edición moderna del Popol Vuh es de 1947 y su traductor es Adrián Recinos.
Arte de poesía castellana es el tratado introductorio del Cancionero (Salamanca, 1496), formado por las primeras composiciones de Juan de la Encina. Es un texto escrito en la España del siglo XV que puede ser considerado un puente entre la poética trovadoresca y el Renacimiento.El Arte de la poesía castellana es un aporte teórico a la creación literaria en el que se establecen leyes y reglas para el buen trovar, así como para identificar a los buenos trovadores o poetas y diferenciarlos de los que no conocen este arte.
En sus escasos diecinueve años de existencia Juana Borrero dejó una huella indiscutible en la lírica cubana. Su admiración por Julián del Casal, su noviazgo con el poeta Carlos Pio Uhrbach, su entorno familiar, favorecieron que José Lezama Lima la considerara iniciadora del misterio de la participación poética.El poeta y ensayista cubano Cintio Vitier dijo de Juana Borrero que era una niña prodigio que dejó poesías, cartas y pinturas famosas: El destino de Juana hay que entenderlo desde los supuestos ultra-románticos difundidos en los medios artísticos del fin del siglo y representados entre nosotros con especial sinceridad y lucidez por su amado maestro Julián del Casal. Entre esos supuestos o quintaesencias pueden señalarse dos: la Naturaleza es abominable; la alegría es vulgar.Poco antes de morir de tuberculosis en el exilio, Juana Borrero dictó, casi sin fuerzas, a su hermana, su último poema, titulado así: Última rima.
La cueva de Salamanca es una referencia obligada en el esoterismo español y aparece con frecuencia en las antologías de la literatura del barroco. En 1600 apareció en un clásico de la demonología española, el tratado De disquisitionum magicarum de Martín del Río.La cueva era centro de peregrinación de los viajeros que visitaban Salamanca. Este entremés de Miguel de Cervantes Saavedra se inspiró en dicha historia. Sirvió de referencia a la obra homónima de Juan Ruiz de Alarcón (publicada en Linkgua ediciones) y a un poema de Walter Scott, entre otras obras.Se cree que en la antigüedad La cueva de Salamanca fue lugar de culto de adoradores del Sol. El mito de la cueva está asociado a la figura del marqués don Enrique de Villena. La leyenda dice que este siendo inquilino del Diablo logró engañarle y huir de su influjo.Entre la obra de Miguel de Cervantes son destacables sus entremeses, piezas de teatro menor que se representaban en los entreactos de las grandes comedias. Los temas de los entremeses suelen centrarse en el interés popular:el matrimonio,el honor,el dinero,el desengañoo el contraste entre ficción y realidad.En el caso de La cueva de Salamanca, publicado originalmente en 1615, el motivo es el del esposo burlado.Leonarda, una dama rica, y Cristina, su criada, se disponen a disfrutar una velada con sus amantes (un barbero y un sacristán) ya que su señor Pancracio, marido de Leonarda, ha salido de viaje. Un estudiante pobre pide asilo durante esa noche y todos se disponen a disfrutar de un banquete cuando el marido regresa intempestivamente.El estudiante logra persuadir al marido de que los dos hombres metidos en su casa son demonios que él conjuró para su diversión. A pesar de mostrar un adulterio, muy común en la temática de todo el teatro del Renacimiento, los temas son tratados con el pudor necesario para no ofender la moral del público.
Fray Juan de Santa Gertrudis (Mallorca, 1724-1799), es el autor de Maravillas de la naturaleza.En 1757 se fue a América del Sur como misionero franciscano y entre 1758 y 1767 fundó una aldea en el territorio del Putumayo llamada Agustinillo. Juan de Santa Gertrudis viajó entonces por los territorios del sur de la Nueva Granada, la provincia de Popayán, Quito y Santa Fe de Bogotá.Tras su experiencia americana, fray Juan de Santa Gertrudis escribió en España las Maravillas de la naturaleza. Su obra muestra una visión de la vida neogranadina del siglo XVIII muy diferente a la que ofrecen los documentos oficiales o las crónicas de conquista.La presente edición incluye un prólogo de Jesús García Pastor.
Ricardo Güiraldes nació en una acaudalada familia en la Argentina que se fue a Francia cuando él cumplió un año. Pasó los primeros cuatros años de su vida en Europa y aprendió a hablar francés y alemán.Más tarde vivió en Argentina, en una casa en la ciudad y en la estancia La Porteña, en San Antonio de Areco. Su infancia en el campo lo acercó el ambiente gauchesco.Estudió arquitectura y derecho pero no terminó su formación universitaria. Tuvo entonces una vida de dandy en Europa hasta que se casó con Adelina del Carril en 1913.Fue amigo de Jorge Luis Borges con quien fundó las revistas Martín Fierro y Proa.
El entremés La plazuela de Santa Cruz es una pieza de teatro breve del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca. Los entremeses eran obras teatrales cómicas que se representaban entre los actos principales de una obra más extensa. Estas piezas breves solían tener un tono humorístico y entretenido, y su objetivo era entretener al público durante los cambios de escena.La plazuela de Santa Cruz fue escrito en el siglo XVII y es una muestra del ingenio y habilidad de Calderón de la Barca para crear situaciones cómicas y diálogos divertidos. En esta pieza teatral, se presentan personajes típicos de la época y se desarrolla una trama llena de enredos y equívocos que provocan risas y entretenimiento en el espectador.Calderón de la Barca es uno de los principales dramaturgos del Siglo de Oro español, y sus obras, incluyendo entremeses como este, han dejado un importante legado en la literatura teatral española. Su habilidad para combinar la comedia con elementos más profundos y reflexivos ha sido ampliamente reconocida y sigue siendo apreciada por el público y los estudiosos del teatro hasta el día de hoy.
La Pedidora es una obra fascinante de Pedro Calderón de la Barca que captura de manera magistral la complejidad de las interacciones humanas y los temas de la solicitud y la generosidad en una sociedad regida por normas estrictas de honor y apariencia. La obra se desarrolla en un acto único, lo cual es típico del formato de entremés utilizado por Calderón para explorar temas sociales con un toque de humor y crítica.El núcleo de la obra gira en torno a Teresa y su sirvienta Lucía, quienes representan de manera vivaz la astucia y la desfachatez en el arte de pedir. La obra se abre con un diálogo entre ambas, estableciendo de inmediato el tono de comedia y astucia que domina la trama. Teresa, conocida entre sus conocidos como La Pedidora debido a su constante y habilidosa búsqueda de favores y regalos, utiliza su ingenio para manipular a aquellos a su alrededor y conseguir lo que desea.Calderón utiliza la interacción entre los personajes para hacer comentarios sobre la dinámica de poder y las transacciones sociales en su tiempo. La habilidad de Teresa para pedir y recibir es un mecanismo de supervivencia y una forma sutil de crítica social hacia las diferencias de clase y la hipocresía de las normas sociales.El humor es una herramienta constante en La Pedidora, con Calderón empleando situaciones cómicas y malentendidos para aligerar la crítica social. La presencia de otros personajes como el Licenciado y el Capitán añade más capas de complejidad a la obra, cada uno con sus propios deseos y debilidades que Teresa explota hábilmente.La Pedidora es una obra que, a través de su agudo ingenio y su vibrante diálogo, ofrece una mirada penetrante a las costumbres de la sociedad barroca española, mostrando cómo la inteligencia y la astucia pueden navegar y a veces subvertir las estructuras de poder. Calderón de la Barca, con su característico dominio del lenguaje y la estructura dramática, presenta una comedia que no solo entretiene sino que también invita a la reflexión sobre la naturaleza humana y las relaciones sociales.
El vizcaíno fingido es un entremés de Miguel de Cervantes. Su argumento construye un mundo de engaño y manipulación, temas recurrentes en la obra cervantina. La trama sigue a Solórzano y Quiñones, quienes conspiran para burlarse de una mujer sevillana. La obra se inicia con un diálogo entre estos dos personajes, donde Solórzano, el presunto "vizcaíno," invita a Quiñones a participar en su plan. El debate ético entre los dos hombres acerca de la legitimidad de engañar a una mujer establece el tono moral de la obra.La intriga aumenta cuando entran en escena Doña Cristina y Doña Brígida. La última está visiblemente perturbada, lo que añade un elemento de misterio y tensión. Sin embargo, su inquietud no está relacionada con el plan de Solórzano, lo que deja al lector o espectador en expectativa sobre cómo se entrelazarán las vidas de estos personajes.El vizcaíno fingido destaca por la agudeza psicológica con que Cervantes traza sus personajes. Solórzano y Quiñones representan dos caras de la moneda en cuanto a la moralidad de sus acciones. Mientras que Solórzano ve el engaño como un juego inofensivo, Quiñones cuestiona la ética de tal empeño. El diálogo inicial sirve es una introducción a la trama y una reflexión sobre la condición moral del engaño.Cervantes también utiliza este entremés para hacer una crítica de las relaciones de género. La facilidad con que Solórzano planea su engaño, y la vulnerabilidad de Doña Brígida, son reflejos de una sociedad donde las mujeres a menudo eran vistas como objetos de diversión o manipulación para los hombres.El vizcaíno fingido es una obra breve pero impactante que ofrece una visión compleja de las relaciones humanas y los dilemas éticos que surgen del engaño y la manipulación. Aunque la obra está ambientada en el Siglo de Oro español, los temas que aborda son universales, lo que demuestra una vez más la genialidad atemporal de Cervantes.
En el Tratado de las idolatrías, supersticiones y costumbres Jacinto de la Serna responde a la preocupación de la Iglesia mexicana del siglo XVII, ante la respuesta poco favorable de los indígenas hacia el catolicismo.Para Serna era esencial sacar a la luz informes sobre las idolatrías y hechicerías que se daban entre los indígenas para instruirlos en la fe católica. Serna da a conocer lo que los indios padecen, cómo viven, cómo unos y otros lidian con sus propias creencias y cómo interactúan entre ellos.Describe, por ejemplo, las costumbres de las indígenas aztecas durante el embarazo. Según comenta, no debían mirar los eclipses del Sol y la Luna, pues la criatura podría tener labios leporinos. Tampoco podían contemplar ejecuciones, pues los niños nacerían con una horrible soga de carne anudada a la garganta.Este tratado además ha sido extensamente citado por los expertos en sustancias psicotrópicas. En él Serna se ocupa de las diferentes sustancias que ingerían los indígenas en sus rituales. Por ello se convirtió en una referencia en los estudios sobre el tema.Serna organizó y sintetizó en su Tratado de las idolatrías todos los documentos que encontró. Agregó relatos orales y lo que presenció sobre supersticiones e idolatrías en la Nueva España. Copió grandes partes de manuscritos y de obras publicadas, sobre todo aprovechó la Monarquía indiana, de Juan de Torquemada,y el Tratado de las supersticiones, de Hernando Ruiz de Alarcón (también publicados por Linkgua).Atrapados entre la abominación y la insaciable curiosidad cultural, Jacinto de la Serna, Hernando Ruiz de Alarcón y Juan de Torquemada son autores clave en los estudios de los rituales de los habitantes originarios de México.
Don Lorenzo Tostado forma parte de la segunda parte de la trayectoria literaria de Juan Valera, junto con Elisa, la Malagueña y Mariquita y Antonio. Este relato breve consta de seis capítulos, en los que básicamente se describe la realidad cotidiana del protagonista, sus numerosos aspectos personales y su relación con su entorno, donde la lectura cuenta sobremanera y menos el contacto directo con las gentes.El siguiente fragmento de Don Lorenzo Tostado contribuye a confirmar la naturaleza del personaje principal del relato:Días y noches paso sin ver a nadie, y para consuelo y distracción me entro por los libros, como Santiago por los moros, y de la descripción de un raro anfibio, paso a las estrategias de Polibio; por lo cual me temo que vaya a volverme sabio, contra mi voluntad.
El cuento El cautivo de doña Mencía narra los amores entre una dama, doña Mencía, y el joven Nuño, varios años menor que ella. Doña Mencía renuncia al amor del joven, a pesar de estar apasionadamente enamorada, y se mete en un convento para que él sea libre y siga su camino en busca de su destino heroico.El cuento parece ser una recreación sentimental de lo sucedido realmente en la vida del autor en su juventud.Juan Valera conoció en Nápoles a Lucia Padalli y ambos se enamoran, pero Lucia igual que en el personaje de doña Mencía renunció a su amado para no desviar ni entorpecer el propósito y objetivo en la vida de Valera: la escritura.
En esta selección hemos juntados dos piezas de teatro breve.Unipersonal del arcabuceado es un monólogo de José Joaquín Fernández de Lizardi. En esta obra un soldado de veintiún años dice sus últimas palabras antes de ser ejecutado acusado de asesinato. Unipersonal proclama que el criminal es también víctima de las circunstancias, del fracaso de su educación y del fanatismo religioso y político.Y Unipersonal de Agustín Iturbide una obra sobre el primer emperador de México del mismo autor.Toda una corriente del teatro mexicano de la época, en el siglo XIX, durante, los movimientos de Independencia nacional, hace un teatro militante y sarcástico. De algún modo, en estas obras se manifiesta el desprecio por la muerte de una nación que quiere ser soberana, sin reparar a qué precio.
Del sacrificio de la misa de Gonzalo de Berceo es un poema religioso de naturaleza doctrinal. El autor empieza hablando de los sacrificios en el Antiguo Testamento, para pasar después al advenimiento de Cristo, ponderar el valor del nuevo sacrificio e ir describiendo cada una de las partes de la misa.Finalmente Berceo se despide pidiendo a los fieles que rueguen por él:Sennores e amigos quantos aquí seedes,merget pido a todos por la ley que tenedesde sendos pater nostres que me vos ayudedes:a mí faredes algo, vos nada non perdredes.Edición a partir del manuscrito del año 1533 de la Biblioteca Nacional de España y del manuscrito 93 del Archivo del Monasterio de Santo Domingo de Silos.
El "Martirio de San Laurencio" de Gonzalo de Berceo, escrito en el siglo XIII, es una obra destacada en la literatura medieval española, especialmente dentro del género hagiográfico. La historia de San Lorenzo, un mártir cristiano venerado desde finales del siglo IV, ha sido un tema recurrente en la literatura religiosa. De los numerosos poemas escritos en lenguas romances sobre San Lorenzo entre finales del siglo XII y principios del XIV, el trabajo de Berceo es particularmente celebrado por su simplicidad, claridad y originalidad en la narrativa.Berceo, conocido por ser el primer poeta en lengua castellana cuya autoría es confirmada, narra en versos la vida y martirio de San Lorenzo con un estilo directo y accesible, que permite que su obra sea comprensible para un amplio espectro de lectores. Su habilidad para combinar la devoción religiosa con un lenguaje llano hace que su poesía es una obra de fe y un valioso documento sobre la lengua y cultura de su tiempo.El poema comienza invocando el nombre de Dios y expresando el deseo de Berceo de relatar la pasión de San Lorenzo en un lenguaje que sea comprensible para todos. A través de los versos, Berceo detalla la vida y obras de San Lorenzo y su compañero Vicente, ambos nacidos en Huesca y educados en la fe cristiana. Se narra cómo, bajo la guía del obispo Valerio, ambos sirvieron fielmente y se dedicaron a la predicación y la enseñanza de la fe.Berceo también describe la llegada de Valerio y sus acompañantes a Roma durante el papado de Sixto II, resaltando la virtud y sencillez de los personajes. A través de la narrativa, el poeta resalta las cualidades de San Lorenzo, como su sabiduría, humildad y elocuencia, así como su firme compromiso con los principios cristianos.El "Martirio de San Laurencio" es una obra significativa por su contenido religioso y por su contribución a la literatura española medieval. Berceo utiliza una mezcla de historia y leyenda para transmitir mensajes morales y espirituales, creando una obra que honra la memoria de San Lorenzo y es un ejemplo temprano del potencial de la poesía en lengua vernácula para expresar temas complejos y profundos.
Aquí escomienza el duelo que fizo la virgen María el día de la pasión de su fijo Jesuchristo es un poema de Gonzalo de Berceo. En él narra cómo la Virgen se le aparece a San Bernardo y le explica su pena por la muerte del Hijo.Berceo es el primer poeta castellano de nombre conocido. Con él se inicia el mester de clerecía, pero el cuidado de la métrica que este mester exige, la sujeción a la cuaderna vía, no excluye una preocupación por hacer inteligible a sus oyentes y lectores los temas religiosos dominantes en toda su obra.
Noticia de las virtudes medicinales de la Fuente del Caño de la villa de Babilafuente de Diego de Torres Villarroel es un tratado que profundiza en el análisis de las propiedades curativas de las aguas de una fuente en la villa de Babilafuente, situada cerca de Salamanca, España. Villarroel, con una vida llena de aventuras y múltiples oficios, desde soldado hasta exorcista, confiere a su obra literaria un propósito pragmático, enfocándose en la utilidad y el beneficio económico de sus publicaciones.La obra comienza describiendo la idílica ubicación de Babilafuente, destacando su clima templado, su fecundidad y la robustez y salud de sus habitantes. La fuente, situada en un terreno fértil y rodeada de vegetación que sugiere sus potenciales beneficios medicinales, se presenta como un recurso natural de inestimable valor para la comunidad local y los visitantes en busca de alivio para diversos males.Villarroel narra el descubrimiento y las propiedades curativas de la fuente, haciendo hincapié en la transformación de un mero charco en una fuente con aguas de reconocidas virtudes medicinales, gracias a la intervención de la duquesa de Alba. Las aguas de la fuente, a través de una meticulosa observación y análisis químico realizado por Andrés Yáñez, un boticario de Salamanca, revelan contener sales vitriólicas y tierra sulfúrea, indicando su potencial para tratar diversas afecciones, particularmente aquellas relacionadas con obstrucciones y problemas de riñones y vejiga.La obra también aborda el modo de consumo y la dieta recomendada para quienes buscan en las aguas de la fuente un remedio a sus dolencias, reflejando una mezcla de empirismo y observación detallada que caracteriza el enfoque de Villarroel hacia la medicina natural. Asimismo, presenta casos de curaciones y mejoras en la salud de individuos que han bebido de sus aguas, argumentando a favor de su eficacia.Noticia de las virtudes medicinales de la Fuente del Caño de la villa de Babilafuente es una guía sobre las propiedades curativas de las aguas de la fuente, un testimonio de la vida en Babilafuente durante el siglo XVIII. La obra de Villarroel, al combinar la descripción detallada con anécdotas personales y análisis científicos, ofrece una visión única de la intersección entre la naturaleza, la sociedad y la medicina de su tiempo.
Bosquejo sobre el estado político y moral del Perú contiene una ardua reflexión sobre la historia política del Perú durante la primera mitad del siglo XIX. José Manuel Valdez y Palacios hace énfasis en la actividad de Simón Bolívar y en la cadena de pactos y acciones bélicas que marcaron su existencia. La obra se subdivide en tres partes que comprenden: el período anterior a la independencia, que engloba desde la conquista hasta 1820; el período de la Independencia, que va de 1820 a 1824; y el período de la República, que comprende desde la batalla de Ayacucho a la caída de La Mar. La primera sección del Bosquejo está dividida en siete capítulos en los que se aborda sucesivamente tópicos tales como la riqueza natural del territorio, la descripción geográfica del Perú, y un balance de su industria, agricultura y comercio. Valdez concluye con un análisis de la literatura y la religión. En la segunda parte o sección pasa al estudio de la independencia. Es minucioso al retratar el paso de los gobiernos de San Martín al de Bolívar y dedica largas páginas a la descripción y el elogio de las batallas de Junín y Ayacucho. En la tercera y última parte destaca el juicio que realiza de Bolívar, el relato pormenorizado de los acontecimientos del gobierno de La Mar, entre los que destacarán la campaña contra Colombia y la caída de dicho presidente.
Antonio Mira de Amescua (Guadix, Granada, c. 1574-1644). España.De familia noble, estudió teología en Guadix y Granada, mezclando su sacerdocio con su dedicación a la literatura. Estuvo en Nápoles al servicio del conde de Lemos y luego vivió en Madrid, donde participó en justas poéticas y fiestas cortesanas.
Ángel Saavedra. Duque de Rivas (Córdoba, 1791-Madrid, 1865). España.Luchó contra los franceses en la guerra de independencia y más tarde contra el absolutismo de Fernando VII, por lo que tuvo que exiliarse a Malta en 1823. Durante su exilio leyó obras de William Shakespeare, Walter Scott y Lord Byron y se adscribió a la corriente romántica con los poemas El desterrado y El sueño del proscrito (1824), y El faro de Malta (1828).Regresó a España tras la muerte de Fernando VII heredando títulos y fortuna. Fue, además, embajador en Nápoles y Francia.
"El hospedador de provincia", escrito por Ángel Saavedra, Duque de Rivas, es un agudo retrato social y un comentario sobre la tradición de hospitalidad en la España del siglo XIX. Saavedra, a través de una narrativa detallada y reflexiva, examina la figura del hospedador de provincia, un personaje que, según él, representa tanto una virtud estimable como una faceta problemática de la sociedad española.El autor inicia con una descripción del hospedador de provincia como un tipo social inmutable, una "planta indígena" de la sociedad española, que se complace en alojar y atender a los viajeros. Saavedra señala que, si bien esta práctica de hospitalidad es vista como una obra de misericordia y un deber religioso y humano, no siempre resulta en una experiencia agradable para el viajero. De hecho, el autor sugiere que, en ocasiones, el hospedador puede convertirse en un verdugo atormentador para el fatigado viajero, más que en un proveedor de confort y refugio.El texto también reflexiona sobre la naturaleza de la hospitalidad como una virtud más común en las sociedades menos civilizadas o en las etapas tempranas de desarrollo social, donde la hospitalidad no era solo una virtud, sino también un deber religioso y un creador de vínculos entre personas y comunidades. Saavedra sugiere que, en los contextos más civilizados, esta práctica puede perder su valor y transformarse en algo menos genuino y más problemático.La obra de Saavedra es una crítica a una costumbre social y reflexiona sobre cómo las tradiciones pueden ser reinterpretadas y cómo pueden cambiar sus significados y efectos en diferentes contextos sociales y temporales. A través de su descripción del hospedador de provincia, Saavedra brinda una visión perspicaz de las complejidades de la hospitalidad y su lugar en la cultura española.
El maestro Raimundico nunca había querido comprometerse ni mezclarse en política; pero de súbito acababa de cambiar. Se había hecho fusionista y había consentido en ser jefe de aquel partido político y alcalde en Villalegre. Era viudo hacía ya quince años. Y hacía cerca de siete que tenía a su único hijo, don Raimundo Roldán de Cadenas, estudiando o paseando y holgando en Madrid, pues sobre este punto difieren no poco los autores. Difieren asimismo sobre la causa de la larga y no interrumpida ausencia del hijo, atribuyéndola unos a la viudez más alegre que recoleta del padre, para la cual hubiera sido estorbo o escándalo la presencia del hijo, y atribuyéndola otros al despego y a la soberbia de éste, que vivía en Madrid como caballerito muy elegante e ilustre que hablaba de su casa solariega y que repugnaba volver al lugar a ver la plebeya ordinariez de su padre y la primitiva y fundamental zapatería, tenazmente conservada.
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