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  • av Francisco De Miranda
    108

    Viaje de Boston a Portmuth relata un viaje de Francisco de Miranda por los Estados Unidos... Miranda traza aquí un fresco de la sociedad americana del siglo XVIII.Con este tipo de libros se inaugura algo que casi se puede considerar un nuevo género: el viaje en sentido inverso, la visión del mundo relatada por los nativos del continente americano. Cabe añadir que el ciclo de textos de viaje de Miranda comprende además a Europa Occidental y Rusia.

  • av Antonio Hurtado De Mendoza
    108

    Diego Hurtado de Mendoza, una figura destacada del Siglo de Oro español, gozaba entre sus contemporáneos de la reputación de ser un excelente autor de entremeses, que son cortas obras cómicas de teatro, a menudo presentadas entre los actos de una obra más larga.Dentro de su producción limitada que ha sobrevivido hasta nuestros días, una obra que destaca es el Famoso entremés de Getafe. Esta obra es especialmente reconocida por su gracia y su espíritu vivaz, demostrando el agudo ingenio y el talento para la comedia que caracterizaban a Hurtado de Mendoza.El Famoso entremés de Getafe representa un excelente ejemplo de este género teatral del Siglo de Oro español. Como es típico en los entremeses, la obra utiliza el humor y la sátira para explorar las peculiaridades y las contradicciones de la vida y la sociedad de la época. A través de la obra, Hurtado de Mendoza logra retratar con agudeza y humor los rasgos de la sociedad y la cultura españolas de su tiempo.A pesar de su brevedad, esta obra de Hurtado de Mendoza ha dejado una impresión duradera en la literatura española, y su influencia se puede ver en las generaciones de escritores y dramaturgos que le siguieron. La combinación de la visión satírica de Hurtado de Mendoza, su destreza para la escritura y su habilidad para retratar vívidamente la sociedad de su época, hacen del Famoso entremés de Getafe una pieza memorable y significativa de la literatura española del Siglo de Oro.

  • av Pedro de Feria
    334,-

    En Espatolino Gertrudis Gómez de Avellaneda narra la historia de un bandido que actúa en Nápoles y Roma. Tiene agentes y espías que lo mantienen al tanto de los movimientos del gobierno y de la policía, y de las rutas de viajeros. Espatolino es ágil y diestro con las armas. Su nombre es una leyenda. Pero un día conoce a una bella mujer: Anunziata. A partir de ese momento las cosas cambian dentro de la banda y en el propio Espatolino, quien se enfrenta entonces al amor, un adversario difícil de vencer o controlar.

  • av Angel Saavedra Duque De Rivas
    108

    "Viaje al Vesubio", obra escrita por el Duque de Rivas, Ángel de Saavedra, es una fascinante libro de viaje que mezcla observación naturalista, experiencia personal y reflexión filosófica. Esta obra nos transporta a la primera mitad del siglo XIX, cuando el autor, exiliado por motivos políticos, encontró en el paisaje italiano y, específicamente, en el Vesubio, una fuente de inspiración que cristalizó en este texto, que es a la vez descriptivo y profundamente emotivo.El libro comienza con la llegada del autor a Nápoles y su inmediata fascinación por el imponente volcán Vesubio, que domina la región en su geografía y en el imaginario colectivo. Saavedra nos introduce en su aventura nocturna hacia la cima del volcán, una travesía cargada de peligros y de belleza natural. A través de descripciones minuciosas, el lector acompaña al autor y su grupo de expedicionarios en una escalada que es física y también metafórica, reflejando las alturas y abismos de la condición humana.El texto se divide en varias etapas de la ascensión, desde la partida de Nápoles, pasando por la ermita situada en la ladera del volcán, hasta la llegada al cráter en plena madrugada. Cada etapa está narrada con un rico detalle, destacando tanto la magnificencia del paisaje como los desafíos que presenta el terreno, lo cual es emblemático del estilo romántico que impregna toda la obra.El Vesubio es un telón de fondo; y un personaje más del relato, un símbolo de la fuerza incontrolable de la naturaleza frente a la fragilidad humana. Saavedra, influido por la tradición romántica europea, particularmente por autores como Lord Byron y Walter Scott, infunde en su narración un sentido de lo sublime, donde la naturaleza es contemplada en toda su grandeza y terror.El estilo de Saavedra es vibrante y poético, lleno de imágenes poderosas que evocan la belleza y el peligro. El autor describe lo que ve, mientras invita al lector a sentir la misma mezcla de admiración y temor que experimenta ante el espectáculo del volcán. Las descripciones del fuego, las escorias, el humo, y la vista del amanecer desde la cumbre, son tan vívidas que casi pueden sentirse los vapores sulfurosos y el calor abrasador del cráter.

  • av Diego Torres Villarroel
    122

    Villarroel dio a su actividad literaria un carácter utilitario, publicó sus obras «con el beneficio de la suscripción». Incluso reconocía que el propósito último de publicar libros era económico: «Tú dirás que Torres ha hecho negocio en burlarse de sí mismo y yo diré que tienes razón como soy cristiano».

  • av Trinidad Hermenegildo Pardo De Tavera
    108

    Estudio sobre las etimologías del talago, lengua oriunda de Filipinas.

  • av Gonzalo de Berceo
    108

    Gonzalo Berceo tradujo tres Himnos del latín, reunidos en esta edición. Se considera que los dos primeros provienen de la época carolingia:el Veni Creator Spiritus pleno de dulçe lumne, dedicado al Espíritu Santo,y Ave Sancta María estrella de la mar, atribuido a san Bernardo o a Fulberto de Chartres y que gira en torno a la idea de María, como madre universal;y el tercero, Tu Christe que luz eres, que alumnas el dia.

  • av Juan Latino
    108

    Juan Latino, al que también se conocía como Juan de Sessa, nació en Etiopía en 1518 hijo de una esclava. Según la versión oficial, llegó a Granada siendo muy pequeño para servir en la casa del duque de Sessa.Por su dependencia y buena relación con el aristócrata, recibió una educación superior e ingresó en la Universidad de Granada, donde se doctoró. El duque, con el que se crio desde la infancia, lo acabó manumitiendo ¿liberandö como esclavo.Se convirtió en el primer escritor negro que vio su obra impresa. Fue en el año 1573, con Epigramas, dedicado a Juan de Austria tras la batalla de Lepanto. El impacto de aquella nueva hazaña probablemente terminó de cimentar su reputación a nivel nacional y dio paso a gran parte de su leyenda, a la que contribuyeron algunas de las mejores plumas del Siglo de Oro. (Al final de esta edición recogemos los elogios que le fueron dedicados por Lope de Vega, Jimenez de Enciso, Rodríguez de Ardilla, Juan de Arjona y Cervantes).Aunque la docencia ocupó una parte importante en la actividad de Juan Latino, al que ya se conoce con el sobrenombre de Latino, resulta fundamental detenerse en su faceta creadora como traductor y comentarista de clásicos grecolatinos, y como autor de obras, alguna de ellas desgraciadamente desaparecidas. Desde esta vertiente son de destacar las dedicadas a Felipe II, al pontífice Pío V, a las gestas de Juan de Austria en el poema Austriada, escritas todas ellas en latín.En los poemas de La Austríada, Juan Latino, enlaza con habilidad dos acontecimientos que marcaban el comienzo de una etapa llena de buenos augurios para el imperio español y el prestigio de Felipe II:el triunfo en la batalla yel nacimiento del hijo del emperador, dos meses después.

  • av Juan J. E. Casasu´s
    387,-

    La Vida de Ignacio Agramonte constituye un mito de la cultura cubana. Durante generaciones en las escuelas de la Isla se cuentan las hazañas de Agramonte como parte de un ciclo de relatos que para los cubanos parece tener dimensiones épicas.Esta Vida de Ignacio Agramonte recoge parte de las cartas que intercambiaron entre sí Agramonte y Amalia, el amor de su vida. Asimismo, entre documentos militares que informan de las operaciones de la guerra de independencia cubana, la lucha contra fuerzas más numerosas y mejor equipadas, la inventiva para sortear con astucia estas desventajas, llaman la atención los capítulos en que se refieren las polémicas entre los revolucionarios cubanos sobre el modo de gobernar la república y sus instituciones democráticas. Asimismo merecen interés los Decretos y documentos constitucionales aquí incluidos y, en particular, los de Agramonte. En este periodo de la historia cubana se proclama la abolición de la esclavitud y una nueva Constitución para una Cuba que se debatía entre un modelo dictatorial de gobierno en plena guerra y el ideal de Republicano y democrático defendido por Agramonte.

  • av Hernan Cortes
    360 - 441,-

  • av Enrique José Varona
    108

    En el manifiesto Cuba contra España Enrique José Varona afirmó en 1895:La guerra es una triste necesidad. Pero cuando un pueblo ha agotado todos los medios humanos de persuasión para recabar de un opresor injusto el remedio de sus males; si apela en último extremo a la fuerza con el fin de repeler la agresión permanente, que constituye la tiranía, ese pueblo hace uso del legítimo derecho de defensa, y se encuentra justificado ante su conciencia y ante el tribunal de las naciones.Este es el caso de Cuba en sus guerras contra España. Ninguna Metrópoli ha sido más dura, ha vejado con más tenacidad, ha explotado con menos previsión y más codicia. Ninguna colonia ha sido más prudente, más sufrida, más avisada, más perseverante en su propósito de pedir su derecho apelando a las lecciones de la experiencia y de la sabiduría política. Solamente la desesperación ha puesto a Cuba las armas en la mano, y cuando las ha empuñado ha sido para desplegar tanto heroísmo en la hora del peligro, como buen juicio había demostrado en la hora del consejo.Si la historia de Cuba en este siglo es una larga serie de rebeliones, a todas ha precedido un período de lucha pacífica por el derecho, que ha sido siempre estéril, merced a la obstinada ceguedad de España.Desde los albores del siglo hubo patriotas en Cuba, como el presbítero Caballero y don Francisco Arango, que expusieron al gobierno metropolítico los males de la Colonia, y señalaron su remedio, abogando por las franquicias comerciales, que demanda su organización económica, y la intervención de los naturales en su gobierno, fundada no solo en el derecho, sino en la conveniencia política, por la enorme distancia del poder central y los graves embarazos en que se encontraba. Las necesidades de la guerra con las colonias del continente, cansadas de sufrir la tiranía española, obligaron al gobierno de la Metrópoli a conceder un principio de libertad comercial a la Isla; ensayo pasajero que derramó la prosperidad en su territorio, pero que no bastó a abrir los ojos de los estadistas españoles. En cambio, el recelo y la suspicacia contra los americanos, que se habían despertado en sus corazones, los indujeron a mermar primero y suprimir en breve las escasas facultades de administración que residían en algunas corporaciones locales de Cuba, como la Junta de Fomento.

  • av José Antonio Ramos Sucre
    232 - 441,-

  • av Félix Varela Y. Morales
    387,-

    Entre las Obras de Félix Varela destacan las relaciones con su filosofía educativa, en este primer tomo del brillante autor cubano. Escrita en el contexto de Cuba a finales del siglo XVIII y primera mitad del XIX, su visión de la pedagogía es de tipo analítico-explicativo, resultado del pensamiento de la Ilustración, expresada en tres de sus obras más representativas: Instituciones de filosofía ecléctica, Lecciones de filosofía.A través de ellas, Varela tuvo un importante influjo en la vida intelectual, política y religiosa en la Cuba de la primera mitad del siglo XIX. La concepción de bien común constituye uno de los principales fundamentos filosóficos de su pensamiento ético entre los que se encuentran la dignidad, bienestar, justicia y compromiso social. Varela es considerado uno de los forjadores de la nación cubana, mediante postulados éticos, filosóficos y pedagógicos, basados en fundamentos teológico-liberales y patrióticos, que explican la forma en que se relacionan en él creencias religiosas, valores morales, ideas de libertad e igualdad y un proyecto nacional liberador.En 1812, Varela publica los dos primeros tomos de sus Instituciones philosophiae eclecticae (Instituciones de filosofía ecléctica) en latín, mientras que los tomos 3º y 4º fueron publicados en español. Le seguirían sus Lecciones de Filosofía, 1818, su Miscelánea Filosófica también en 1818, y sus Cartas a Elpidio entre 1835 y 1838. (También publicados en Linkgua Ediciones.)Este tomo de las Obras de Félix Varela, se compone de las partes siguientes:Primera parte. La Filosofía eclécticaSegunda parte. Pensamiento de Félix Varela (1816-1819)Tercera parte. Lecciones de Filosofía y otros escritos filosóficosCuarta parte. Miscelánea Filosófica (1819)

  • av Bartolome De Las Casas
    360 - 468,-

  • av Julian Del Casal
    253

    Esta Antología de Julián del Casal (1863-1893) contiene una cuidada selección de artículos suyos. Casal fue uno de los iniciadores del modernismo junto a José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera, José Asunción Silva y Rubén Darío. Dio a conocer su obra poética desde 1886 a 1893 a través de las revistas habaneras El Fígaro y La Habana Elegante, de amplia circulación en América, poemas que posteriormente recogió en los libros:Hojas al viento (1890),Nieve (1892),y Bustos y rimas (1893). A través de su poesía creó todo un mundo imaginario de exquisita y apasionada sensualidad, influyendo poderosamente en los poetas posteriores.En palabras de José Martí:Por toda nuestra América era Julián del Casal muy conocido y amado, y ya se oirán los elogios y las tristezas. Y es que en América está ya en flor de la gente nueva, que pide peso a la prosa y condición al verso y quiere trabajo y realidad en la política y en la literatura. Lo hinchado cansó, y la política hueca y rudimentaria, y aquella falsa lozanía de las letras que recuerda los perros aventados del loco de Cervantes. Es como una familia en América esta generación literaria, que principió por el rebusco imitado, y está ya en la elegancia suelta y concisa, y en la expresión artística y sincera, breve y tallada, del sentimiento personal y del juicio criollo y directo. El verso, para estos trabajadores, ha de ir sonando y volando. El verso, hijo de la emoción, ha de ser fino y profundo, como una nota de arpa. No ha de decir lo raro, sino el instante raro de la emoción noble y graciosa. Y ese verso, con aplauso y cariño de los americanos, es el que trabajaba Julián del Casal.La presente Antología de Julián del Casal incluye un prólogo de Ángel Augier y contiene crónicas, artículos y ensayos breves del autor modernista.

  • av José de la Luz Y. Caballero
    387,-

    Las cartas que se presentan en este volumen de la nueva edición de las Obras de José de la Luz y Caballero datan de sus inicios en la Cátedra de Filosofía del Seminario San Carlos, hasta apenas dos meses antes de su muerte. Su obra epistolar va dirigida a Félix Varela, José Antonio Saco, José Luis Alfonso, José Antonio Echeverría, Benigno Gener, Domingo del Monte, José Podbielski, Jesús Benigno, Manuel Montejo, José de Jesús Romay, Fernando de Peralta, José Giraud y Domingo Arozarena, entre otros, y muestra sus preocupaciones académicas, científicas y sociales, particularmente, en todo lo referido a la educación en Cuba.Cabe destacar también las cartas dirigidas a su madre, Manuela Teresa de Jesús Caballero, de índole más personal.Al final de esta edición, aparece la etapa de sus viajes a Europa y Estados Unidos -de 1828 a 1831- recogidos en su diario (1830-1831), cuyos apuntes describen analogías y diferencias entre pueblos, ciudades y naciones; sus naturalezas físicas y sociales, sus culturas, sus actualidades políticas, sus adelantos científicos, y además, aquellas cotidianidades que en otro viajero hubiesen resultado inadvertidas, pero que en Luz y Caballero hablan de su interés insaciable por percibir y aprehender.La presente edición de las Obras de José de la Luz y Caballero contiene notas provenientes de las ediciones de Alfredo Zayas, Roberto Agramonte y Alicia Conde.

  • av José Agustín García
    414

    En La ciudad indiana José Agustín García analiza la Historia con mayúscula y contrasta la modernidad de los principios del siglo XX con la herencia colonial y las tradiciones locales. El autor pretende desentrañar qué tiene en común la Argentina de entonces con las nuevas ideas imperantes y afirma, refiriéndose a su entorno: El desprecio del trabajo es el sentimiento predominante.Y a partir de este enfoque desmenuza qué elementos de la modernidad, incluido el marxismo, son incompatibles con la vida económica de la Sudámerica de principios del siglo XX.Si nosotros tenemos nuestra economía científica y práctica desgraciadamente en perpetua contradicción por errores de método y de concepto, también nuestros antepasados tuvieron la suya, mejor que la nuestra en cierto sentido, porque las dos fases se correspondían exactamente. Dos o tres principios tomados de la Moral y la Teología dominaban todas las ideas y se traducían en reglas prácticas de conducta y legislación. En primer lugar la ciencia antigua condenaba el comercio. El espíritu de lucro había sido fulminado por los padres de la Iglesia. Nada justificaba las ganancias del comerciante. Anticipándose unos cuantos siglos a Carlos Marx, San Jerónimo decía: "Como el mercader nada agrega al valor de sus mercaderías, si ha ganado más de lo que las ha pagado, su ganancia implica necesariamente una pérdida para el otro; y en todo caso el comercio es siempre peligroso para su alma, puesto que es casi imposible que un negociante no trate de engañar".

  • av Linkgua
    177

    Las conspiraciones en Cuba de 1810 y 1812, es una antología a cargo de José Luciano Franco que muestra los hechos acontecidos en Cuba tras las revueltas de Haití, como parte del proceso independentista de los cubanos negros. Las conspiraciones aquí relacionadas sucedieron durante el gobierno del marqués de Someruelos, y tras ser descubiertas provocaron juicios y condenas a muerte de sus dirigentes.El presente volumen contiene documentos del Archivo General de Indias y del Archivo Nacional de Cuba, que describen los juicios a los miembros de las conspiraciones, además de que se muestra cómo José Antonio Aponte, con su Libro de Pinturas, niega la historia oficial contándola desde su punto de vista.Las conspiraciones en Cuba de 1810 y 1812 incluye también documentos y testimonios de muchos de los principales implicado en los sucesos que aquí se analizan. Entre ellos destacan:José Antonio AponteGil NarcisoJuan Luis SantillánJosé Fantacia GastónIsidro PlutónJuan BarbierEstevan PeñalverJuan BarbierEstanislao AguilarJuan Bautista LizundiaClemente ChacónSalvador TerneroRafael RodríguezCiriaco OlabarroDomingo CalderónAntonio MásJesus de HitaLorenzo Ponce de León

  • av Benito Perez Galdos
    232 - 253

  • av Benito Perez Galdos
    232,-

    Cánovas es la sexta y última novela de la quinta y última serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.En 1874 Alfonso XII es proclamado rey en contra de carlistas y republicanos, y al año siguiente termina la Tercera Guerra Carlista. En este ambiente político, el protagonista Tito abandona sus continuos devaneos amorosos y sienta la cabeza con Casiana Conejo, una joven de modestísimo origen, analfabeta, pero con excelentes dotes para aprender, cuyo carácter dulce y sencillo cautiva al antiguo donjuán. Nuestro héroe está acusando una enfermedad que le provoca ceguera (en clara alusión al propio Galdós), lo que le hace más dependiente. El problema para Tito es que su exaltada imaginación le juega malas pasadas, y nunca sabe si los sucesos que vive son reales o imaginarios. A diferencia de episodios anteriores, Mariclío, la mujer mayor que simboliza España, no aparece directamente, sino que se comunica a través de unas ninfas mensajeras llamadas Efémeras. Precisamente Galdós pronostica a través de Mariclío un futuro nefasto, advierte de la amenaza de la Iglesia sobre la soberanía nacional y señala la Revolución como único remedio.En el adiós de la serie, el episodio es el más triste, negro y escéptico de todos. Con los republicanos en el exilio, Galdós, por medio de Tito, ve el ascenso de la influencia de los ultraconservadores y de la iglesia en la política española, y constata con amargura que la derrota de los carlistas no ha servido de nada, ya que de todas formas han impuesto sus ideales subrepticiamente. El mensaje final es pesimista: Galdós no ve solución a tanto enfrentamiento y duda de la capacidad de los políticos, incapaces de solucionar los problemas de la sociedad.

  • av Benito Perez Galdos
    232,-

    De Cartago a Sagunto es la quinta novela de la quinta y última serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.De Cartago a Sagunto -del levantamiento del cantón de Cartagena a la proclamación de Alfonso XII en Sagunto- es el trayecto que traza Galdós en este episodio, de la mano del peculiar Proteo Tito Liviano. Tras la rebelión de Cartagena, iniciada en el episodio anterior, nos encontramos en Madrid, donde la división irreconciliable de los republicanos entre unitarios y federales lleva a la caída del gobierno Castelar, que dimite tras perder una moción de confianza, seguida del golpe de estado del general Pavía, con invasión de Cortes incluida. Estamos en 1874, año en que se reactiva la Tercera Guerra Carlista. Galdós, decepcionado por la frustrante aventura republicana, se muestra escéptico a través de su alter ego ante los acontecimientos que relata. El protagonista, tras asistir al levantamiento de Cartagena, es testigo en Madrid de la caída de la república y del asalto al congreso por la guardia civil. Nuestro protagonista está en esta novela liado con una nueva mujer, Chilvistra, otro extraño personaje femenino que le ocasiona multitud de disgustos, en una clara equiparación con los que la propia España le ocasiona a Galdós. Tito asistirá a la sangrienta represión de las tropas carlista en Cuenca, pero la acción, aunque lo anuncie el título de la novela, no llegará hasta Sagunto.

  • av Benito Perez Galdos
    232,-

    Amadeo I es la tercera novela de la quinta y última serie de los Episodios Nacionales. En su contexto histórico, esta novela de Pérez Galdós comienza con la entrada en Madrid de Amadeo de Saboya, llamado por las Cortes para ser coronado rey de España. Su primer acto es asistir a las exequias de Prim, recientemente asesinado en atentado terrorista, supuestamente en una conspiración organizada y financiada por Antonio de Orleans. El futuro rey, aunque bien recibido por el pueblo y la clase media, es rechazado por la aristocracia, en un ambiente político de gran inestabilidad en el que se suceden diversos gobiernos: el de Ruiz Zorrilla, el de Sagasta y finalmente el de Serrano. Asistimos también a una nueva insurrección carlista, seguida de una republicana y también un atentado contra Amadeo I.Galdós viste los acontecimientos con una trama en la que seguimos la narración del republicano Proteo Liviano, periodista, gran orador y, como suele suceder en los argumentos de estos episodios, un donjuan cuyas aventuras le llevan a numerosos lances y conquistas amorosas. También ejerce gran protagonismo en la novela el personaje de Mariclío, una mujer que viene a personificar la historia de España, en un giro irónico muy propio de Galdós. El personaje utiliza a Proteo para que nos haga de observador tanto a los lectores como a ella misma. Desde el punto de vista del estilo, el relato se convierte a veces en un cuento fantástico, trastocando los conceptos de tiempo y espacio, huyendo incluso de la correspondencia cronólogica tan cuidada siempre por el autor.

  • av Benito Perez Galdos
    253

    O'Donnell es la quinta novela de la cuarta serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.El autor nos describe la intención del libro en las primeras líneas: Fue O'Donnell una época, como lo fueron antes y después Espartero y Prim, y como éstos, sus ideas crearon diversos hechos públicos, y sus actos engendraron infinidad de manifestaciones particulares, que amasadas y conglomeradas adquieren en la sucesión de los días carácter de unidad histórica. O'Donnell es uno de estos que acotan muchedumbres, poniendo su marca de hierro a grandes manadas de hombres.Esta gran novela de Galdós tiene un arranque soberbio en el que se relatan los últimos movimientos de la Revolución de 1854 (narrada en el anterior episodio), centrándose en la figura de Francisco Chico, jefe de la policía de Madrid. Pero por encima de todo destaca el retrato que se hace de la nueva clase burguesa. Y no con tintes positivos precisamente.Ante esta precaria y difícil situación política en que ha quedado España, sirven de contrapunto en este episodio los vaivenes de Teresa Villaescusa, frívola muchacha perteneciente a la clase media madrileña cuyos vicios y virtudes reflejan los del propio país. Galdós desliza aquí un común denominador de esta cuarta serie de los Episodios Nacionales, tras tantos años convulsos: la necesidad fundamental de comer, de tener dinero para comer y para vivir... Como se dice en la novela: ¡Comer, comer! De esto se trataba, y toda nuestra política no era más que la conjugación de este sustancial verbo.

  • av Benito Perez Galdos
    253

    Prim es la novena novela de la cuarta serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.En esta entrega, Galdós nos presenta las constantes intrigas y conspiraciones de los últimos años del reinado de Isabel II, aglutinados en torno a la figura del general Juan Prim, proyectando las dudas de la sociedad española sobre este militar.Conoceremos a Santiago Ibero, que escapa de sus padres para tener aventuras y poder formar parte del ejército del general Prim, pero llega tarde porque éste ha ido a México a poner orden en dicho país ayudado de otras naciones europeas. En Madrid, Santiago entra en contacto, entre otros muchos conocidos del lector, con Leoncio Ansúrez (hermano de Lucila), pero por diversos motivos acaba en la cárcel. La búsqueda de Santiago por parte de sus padres da pábilo a hacernos un recorrido por la política de la época, pues dicha búsqueda se realiza mediante influencias.Además, de la mano de Juan Santiuste, el profeta de la paz, el autor relata las conspiraciones de Prim, que culminan con la fallida revuelta de 1866.

  • av Benito Perez Galdos
    253

    Narváez es la segunda novela de la cuarta serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.Aunque casado por interés, el protagonista Pepe García Fajardo, el nuevo marqués, ha descubierto que su mujer no tiene un pelo de tonta, sino que es más bien de una inteligencia fuera de serie y de un escepticismo religioso que casa perfectamente con el suyo. Pero ello no le impide, a pesar del amor de Fajardo por su mujer, tener como amante una antigua amiga.Siguiendo con la narración en forma de diario de García Fajardo, que ha dado comienzo en la anterior Las tormentas del 48, este episodio nos introduce en los medios próximos al Gobierno y a la Corte, con sus esperpénticas camarillas. Allí conoceremos a el Espadón de Loja, el general Ramón María Narváez, que afrontó desde el poder, a la cabeza de un moderantismo represivo, las turbulencias que sacudieron toda Europa a mediados del siglo XIX. Como lo describe Galdós: Es un hombre de tanta voluntad como inteligencia; pero le falta el resorte que hace mover concertadamente estas dos preciosas y fundamentales piezas del mecanismo anímico. Así, somos testigos de las conspiraciones contra él que el 19 de octubre de 1849 terminan con Narváez abandonando el gobierno durante dos días (19 y 20 de octubre), siendo sustituido por un gobierno llamado, con justicia, gobierno relámpago.

  • av Benito Perez Galdos
    232,-

    El 19 de marzo y el 2 de mayo es la tercera novela de la primera serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.Gabriel de Araceli será testigo directo del Motín de Aranjuez del 19 de marzo de 1808, por el que Fernando VII pasó a ser rey de España tras la abdicación de su padre Carlos IV y en el que ministro Manuel Godoy caerá en desgracia.Tras ello, Gabriel consigue salir de Aranjuez y vuelve a Madrid, donde se pone a trabajar como sirviente en la casa de los tíos de Inés, los hermanos Requejo, que se han hecho cargo de ella. Allí será testigo del asalto al cuartel de artillería en el que Daoiz y Velarde se convirtieron en los más memorables héroes. Asimismo, verá la masacre que los franceses provocaron en la plaza Mayor y será protagonista incluso de los fusilamientos de la Moncloa.Paralelamente a estos acontecimientos, los tíos de Inés se enteran de que ésta es hija de una rica condesa, por lo que uno de ellos quiere casarse con ella para heredar su fortuna. Gabriel trama un plan para sacar a su amada de casa de los Requejo. Lo consigue, pero al final es apresado por los franceses junto con Inés y su tío, el párroco.

  • av Benito Perez Galdos
    204

    Gerona es la séptima novela de la primera serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.La novela nos relata el segundo sitio de Gerona, en el que la ciudad sufrió un duro asedio por parte de los franceses.Gabriel de Araceli se encuentra en su regimiento, camino de Cádiz, con su amigo Andrés Marijuán, al que ya hemos conocido en Bailén. Ambos están en el ejército del Centro y cuando Gabriel comenta que él ha estado en el Sitio de Zaragoza, Andrés le dice que lo de aquel sitio no es nada comparado con el de Gerona, comenzando a contar la historia del mismo, pues el propio Andrés estuvo allí.En esta novela no es Gabriel el narrador, sino que es Andrés quien se hace cargo del relato.Pérez Galdós dedica algunos capítulos de la novela para relatarnos la ruin manera de actuar del ejército francés con el comandante de la plaza, Álvarez de Castro, saltándose todos los acuerdos de rendición y las maneras de la guerra de entonces. La narración nos lleva a los umbrales de la degradación humana debido a sentimientos que son más institivos que el propio honor y amor a la patria.En cuanto al protagonista, Gabriel de Araceli, el relato termina justo en el instante en que él y la condesa Amaranta están a punto de reencontrarse con Inés.

  • av Benito Perez Galdos
    280,-

    Cádiz es la octava novela de la primera serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.El protagonista, el militar Gabriel de Araceli, es trasladado a la guarnición de Cádiz, donde narra sus dificultades para acceder al amor de Inés y los celos que le provoca la presencia de lord Gray.Paralelamente, Gabriel de Araceli nos hace una narración de las diferentes tendencias de la sociedad, mezcladas con personajes de ficción y protagonistas históricos. Cádiz es el baluarte fundamental de la resistencia frente a los franceses, pero también el hogar del nuevo gobierno español sin Rey y de las diferentes tendencias que surgen en la sociedad. También es la síntesis de una España nueva en la que se pugna por el deseo de reformar las instituciones, mientras que otros luchan por mantenerlas intactas y por el regreso del príncipe Fernando. En la obra también asistimos a algunas sesiones de las Cortes.

  • av José María Blanco White
    204 - 293

  • av Jose Quiroga
    135

    José Quiroga (1707-1784), inicialmente un marino y luego miembro de la Compañía de Jesús, es una figura destacada en la historia de la exploración y la cartografía de América del Sur. Nacido en Fabás, Galicia, su interés por el mar y los viajes lo llevó a estudiar matemáticas y embarcarse como aprendiz náutico, antes de unirse a la Compañía de Jesús influenciado por un jesuita que conoció en uno de sus viajes.Su habilidad en matemáticas y su experiencia náutica lo hicieron un candidato ideal para tareas de exploración y cartografía. Fue profesor de matemáticas en el colegio de Buenos Aires y participó en importantes expediciones científicas. Entre sus contribuciones más notables está su participación en la expedición naval de 1745-1746, que recorrió la costa patagónica desde Buenos Aires hasta Puerto Deseado y Puerto de la Cruz. Esta expedición proporcionó valiosos datos geográficos y cartográficos.Quiroga también realizó una significativa contribución a la cartografía de la región de Misiones. Después de determinar con precisión la ubicación geográfica de treinta pueblos de Misiones y ciudades importantes como Asunción, Corrientes, Santa Fe, Colonia, Montevideo y Buenos Aires, redactó su mapa "Descripción del río Paraguay". Este mapa, publicado en Roma en 1753, aunque no es perfecto, es notable por ser uno de los primeros en su tipo.Además, Quiroga jugó un papel crucial en la rectificación del curso del río Paraguay en 1752, cuando acompañó al comisario español Manuel Antonio de Flores para marcar el límite en la boca del Jaurú, siguiendo el tratado de Madrid de 1750. Este trabajo fue la base para el gran mapa de América del Sur de Luis de la Cruz Cano de Olmedilla, publicado en Madrid en 1775 y en Londres en 1799, y posteriormente adoptado por Arrowsmith en 1811.José Quiroga es recordado por su contribución al gobierno español y su legado en la exploración y cartografía de América del Sur. Su trabajo fue preservado y difundido gracias a los esfuerzos del padre Domingo Muriel (o Ciriaco Morelli), quien incluyó sus hallazgos en el apéndice de su versión latina de la "Historia del Paraguay" del padre Charlevoix.

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