Aquella niña de ojos azules, rubia, que nació un día de agosto, era mi nieta. Tú, Aurora, como una aurora boreal tan bonita por dentro como por fuera, bella flor de un día precioso, que te tuve en mis brazos amorosos para quererte toda la vida y más allá...
Tu sonrisa y alegría me enamora cada día...
Luis, tú que miras y sonríes a la vida... él, que es tan pícaro y gracioso como la mar rizada, te envuelve una ola ríes a carcajadas.
Cuando naciste te tuve en mis brazos blanco sonrosado... lleno de pureza, con tus ojos hablas... te comunicas...
PÁGINA WEB DE LA AUTORA
www.artemorilla.com
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