Om Eco de los Vulnerables
Creer que los cambios estructurales de una sociedad están en el trato íntimo del hogar, la familia, el amor que se le dé a la niñez del hoy, para que sean individuos consientes de sus acciones y de lo que estás generan, en el entorno donde se desarrollen, será una utopía o tal vez una locura, pero es la opción que aparece. Es la esperanza de un individuo, de una familia y de una sociedad agitada, herida y pisoteada por sus mismos actores, que se encuentran en desequilibrio de subsistencia.
Ser participe activo de cada estallido de fracaso de destrucción en la tierra, y en todo lo que le habita, es una carga pesada y terrible que puede convertir a cualquier ser humano en despreciable y aterrador.
Se debe escuchar el eco de los vulnerables, para hacer de este un mejor lugar, un mejor espacio de vida, de existencia.
Las heridas emocionales perjudican el desarrollo de los buenos individuos, la familia es garante de esos individuos, para ser de utilidad a la sociedad y al mundo donde interaccionan.
Actuaciones hasta ahora permisivas para la humanidad, y que el avance de existencialismo no ha podido detenerse a reflexionar profundamente.
El eco de los vulnerables está allí, entre las familias, las comunidades y sociedades del mundo, solo hay que saber escuchar y actuar de acuerdo con el nivel de conciencia que se tiene, para ser los héroes de esta batalla y mejorar a las generaciones venideras.
No podemos ignorar los sollozos, lamentaciones, susurros, gemidos y suspiros de esas preciadas personas, que aún desconocen sus sueños, sus deseos, sus verdades.
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Es fundamental, que la sociedad comprenda que la niñez y adolescencia sin salud emocional, (violentada), será un potencial verdugo de la misma, por esto es la familia y la sociedad, las encargadas de velar que esto no suceda.
El déficit de salud emocional genera seres incapaces de formar familias, que desarrollen individuos sanos.
La carencia de salud emocional produce seres enfermos que generan familias con disfuncionalidad en su interrelación, produciendo todos los tipos de violencia que se conocen.
La violencia o falta de cuidado emocional, ante la niñez incluye el maltrato emocional, abuso físico y mental, abandono, tratamiento negligente, explotación y abuso sexual, todo esto muchas veces empieza en la familia.
La violencia puede ocurrir en el hogar, las escuelas, los orfanatorios, los centros residenciales de atención, en las calles, en establecimientos de aprendizajes y lugares de cuidado infantil.
Puede afectar la salud física y mental de la niñez y adolescencia perjudicando su habilidad para aprender a socializar, y más adelante, socavar su desarrollo como adultos funcionales y buenos progenitores, formadores de sociedades positivas y benévolas, que mejoren las existentes.
En los casos más graves, la violencia contra la niñez conduce a la muerte, emocional y física, por esto la familia debe de ser incondicionalmente un santuario, donde los seres emanen salud emocional, amor y caridad, porque allí es donde se formarán las futuras generaciones que trabajaran en la subsistencia de un mejor planeta.
La humanidad está al borde de la extinción por falta de salud emocional en las familias, por carencia de amor, empatía y caridad.
El buen aporte de cuidado emocional psicológico y físico de la familia, será quien determine la supremacía de la vida en el planeta.
Sino se les da un giro estructural a las sociedades, terminaremos por autodestruirnos.
Se habla mucho del futuro del planeta, más no se percibe que ese futuro, está en los ecos de las súplicas de la niñez y adolescencia, por su cuidado y protección.
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Ela Edith Catalán Sosa de Vásquez
Guatemalteca, nació el 27 de mayo de 1,969
Maestra por treinta años, en áreas rojas de la ciudad de Guatemala
Licenciada en sociología de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
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