Om El dado de los días siempre nuevos
Con relativa frecuencia nos encontramos con reflexiones filosóficas acerca de vivir cada día con plenitud, asombro y enfocados en lo realmente importante. En este sentido, son conocidas y reiteradas algunas experiencias y narrativas que predican el situarnos ante cada día como si fuera el último que vamos a vivir. Reconozco que este ejercicio de imaginar cada día como si fuera el último de nuestra vida, es útil para pensar en las cosas realmente importantes, en nuestros mejores propósitos y, sobre todo, en dejar hechas cosas que tal vez nos arrepintamos de no haber hecho, como amar más a nuestros seres queridos, perdonar y reconciliarse, o bien ser recordados como buenas personas. Pero yo voy a dar la vuelta a la reflexión enfocada en el final, por la reflexión enfocada en el principio, en pensar cada día como el inicio de algo siempre novedoso. A mí personalmente me ilusiona y apasiona más pensar cada día como algo nuevo, como un saludo más que como una despedida. Sería algo así como llevar el espíritu del año nuevo y sus claves, a todos y cada uno de los días de nuestra vida. Pensemos qué es lo que tiene de mágico o especial el tránsito del año viejo al año nuevo, de la noche vieja a la aurora nueva, que realmente moviliza tanto a la gente a celebrar y a pararse un poco a reflexionar, a hacer propósitos y cambios con mayor o menor intensidad en sus vidas. En esta dinámica propongo 6 claves que suelen estar presentes en el espíritu del Año Nuevo, y se trata de aplicarlas a cada día de nuestra vida, mediante un sencillo juego con un dado: la dinámica incorpora el marco teórico de las 6 claves, así como una ficha-resumen de las mismas con las seis funciones del dado, para que los participantes jueguen, compartan y aprendan en equipo, aplicándolas así a su vida cotidiana.
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