Om El vampiro del caos y las catacumbas
Gremuel la acompañó durante un rato desde lejos mientras caminaba entre las ruinas. Quería verla y saborear a su víctima. Gremuel quería estudiar cada movimiento, cada paso, cada movimiento de sus labios, cada susurro e incluso cada respiración.
Pasó algún tiempo observándola mientras buscaba fresas silvestres en las ruinas, pero después de un tiempo decidió actuar. Gremuel corrió hacia ella y cuando vio que el Escorpión intentaba huir, comenzó a correr. Llevaba un vestido largo blanco y negro y tenía el pelo largo y sedoso. No era hermosa, pero su rostro era pintoresco y su paso mostraba que era resistente en resistencia.
Gremuel pasó junto a ella y la tiró al suelo. La niña se estrelló entre las piedras, lastimándose y dejando de responder. La caída fue terrible, ya que el ataque del escorpión fue sobrenatural, muy poderoso e intenso. Sintió que algunos huesos de su cuerpo se habían roto por el golpe y la caída y comenzó a gemir. Esto aumentó la sed de sangre de Escorpio, quería beber cada gota de su sangre y cada gota de plasma de su alma.
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