¡Yo de música no sé nada!, ¡yo no canto ni en la regadera!,
¡dígale al profe Mayo, el sí sabe! Son algunas de las respuestas
más recurrentes que encontramos en el magisterio, cuando en
algún evento social o de convivencia, solicitamos que algún
maestro cante o toque algo de música, sin embargo, las cosas
no son tal cual aparentan, el secreto está en que no sabemos
que sabemos. (por supuesto existen docentes con un excelente
nivel musical)
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