Om Hambre
Es preludio obligatorio e ineludible sentenciar que en nuestro glorioso y extraordinario Imperio Incaico jamás existió el HAMBRE y, menos aún, la DESNUTRICIÓN INFNTIL, más aún, había suficiencia alimentaria para almacenar y alimentar a toda la población Inca. La bestialidad invasora colonial española destruyó, desde sus raíces, estos extraordinarios logros, pero no pudo ni podrá con nuestro portentoso Machupicchu, con nuestro valeroso Túpac Amaru II y su indomable herencia que hasta hoy pervive y se fortalece cada día. El salvajismo genocidio colonial diezmó dramáticamente, a nuestros antepasados. El plato preferido, para saciar su hambre, de estas bestias, fue las manitos y piececitos de los niños, hijos de nuestros hermanos Incas (Bartolomé de las Casas).
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