Santa Clara de Asís

Junto a su mentor, San Francisco de Asís, la vida y obra de Clara fluyó como aguas vivas que siguen regando el espíritu del pueblo de Dios. Debió actuar en una Europa arrasada por la opulencia, las ofensivas religiosas y las injusticias sociales. Así, abrazando el espíritu de pobreza, su labor cristiana se elevó para aplacar grandes males con grandes bienes. Su herencia, transmitida a través de ocho siglos en un compás de actualidad permanente, hoy dispone de 18.000 religiosas que cultivan el credo franciscano en 1.248 conventos repartidos en todos los continentes.