Tuve que aprender a confiar en Jesus

Antes de conocer a Jesús yo vivía con ansiedad, sin sentido en la vida, pretendiendo saber vivir, sin control de mis impulsos, con un sentimiento de soledad y dependencia de querer pertenecer algo a alguien. Pero una vez que aprendí cuanto Jesús me ama y a no tenerle miedo a la razón, los impulsos ya no controlan mi vida. Mi vida ha cambiado, ahora puedo decir que soy un mejor esposo, un mejor papa, y sobre todo que Dios me creó para ser feliz y que debo de esforzarme por lograrlo.